Publicaciones científicas y desarrollo en América Latina

Mar 2015

Hebe Vessuri es miembro actual de la Comisión de Ética de la Ciencia y la Tecnología de la UNESCO e investigadora del Centro de Investigaciones de Geografía Ambiental de la Universidad Nacional Autónoma de México. Entre sus principales competencias están sus investigaciones en los Estudios Sociales de la Ciencia y la Tecnología y sus análisis de Políticas Públicas en Ciencia y Educación Superior.

HVessuri

Hebe Vessuri

Hebe estuvo hace poco en Río de Janeiro para dar una conferencia en la Fiocruz con el tema Ciencia, Sociedad y Políticas de Publicación. En la ocasión también fue lanzado el portal de revistas científicas de Fiocruz, un proyecto que reúne en una sola dirección virtual todas las publicaciones de la Fundación.

En entrevista a HCS-Manguinhos, Hebe Vessuri analiza la importancia de la ciencia y la tecnología para las sociedades Latinoamericanas, y el papel de las publicaciones científicas, especialmente de las revistas académicas, para el desarrollo de la ciencia y de la región.

Usted ha vivido y trabajado en varios países de America Latina, incluyendo el Brasil. ¿Cuál es la importancia de la ciencia y la tecnología para las sociedades latinoamericanas? 

A través de la historia, nuestros países recibieron tendencias, innovaciones e ideas del ámbito internacional en el intento de reconstruir y modernizar sus sociedades. Particularmente desde mediados del siglo XX, la influencia de las agencias internacionales y la cooperación multi y bilateral fueron cruciales en la institucionalización de la ciencia moderna y la educación avanzada, no sólo en América Latina sino en todas las periferias mundiales. El desarrollo como idea-fuerza ha servido para promocionar la ciencia y la tecnología y hay muchos resultados positivos en diferentes países, como el fortalecimiento de comunidades académicas y la multiplicación de la cantidad de doctores. Sin embargo, también es evidente la marcada falta de interés entre los agentes económicos internacionales y nacionales en el conocimiento que se produce localmente, aunque en los países más ricos el crecimiento de la industria moderna condujo a vínculos más estrechos entre la educación superior, la ciencia y la tecnología.

Nuestros países sufren de una falta de investigación industrial, como consecuencia de la ausencia o insuficiencia de una base industrial independiente. En décadas pasadas, muchos se apoyaron en la exportación de materias primas para promover sus economías, y sólo unos pocos lograron estimular el surgimiento de una base industrial. Desde los 90s algunas economías más dinámicas, como Brasil y México han reducido la brecha económica. Sin embargo, este catching-up es desigual en términos de cuánto los países individuales se comprometen en la innovación (con relación a su tamaño económico) y cuánto pueden generar en términos de impactos y productos. También están ausentes o son muy insuficientes los vínculos del conocimiento científico con la política científica. La manera como la ciencia, el conocimiento científico y la investigación tendieron a institucionalizarse en la región fue a través de varias capas de conexiones internacionales subordinadas entre la ciencia y la tecnología, la política y la industria.

¿Cuáles son los principales obstáculos a su desarrollo?

 Contra el trasfondo histórico que he esbozado, creo que es claro que en países con capacidades insuficientes e instituciones políticas y sociales inestables, la educación superior y la ciencia y la tecnología no han logrado reducir las disparidades sociales y económicas sino que incluso han contribuido a su incremento. Algunos grupos, instituciones y países son ocasionalmente presentados como historias exitosas en el mundo en desarrollo porque los donantes, gobiernos y expertos necesitan historias exitosas más que porque señalen cambios estructurales positivos y duraderos. El reconocimiento de las oportunidades y talento perdidos es con frecuencia doloroso. El registro histórico de muchos países no OECD nos habla de investigadores bien formados que o bien abandonaron sus países y terminaron en el Norte o se asimilaron al aparato elitista conservador de sus países aceptando el status quo a cambio de participar en una modesta porción de los fondos públicos y en el vácuo prestigio de aparecer como vectores de la modernidad.

Según muchos expertos el apoyo a la investigación en humanidades y ciencias sociales, es precario en AL. ?Por qué?

 Más que si el apoyo público es precario o no, me interesa explorar las implicaciones de que en paralelo a la expansión geográfica de las ciencias sociales y su explosión en la educación superior donde algunas de estas disciplinas ocupan buena parte de la matrícula, también se están dando cambios de contenido más profundos y se puede esperar mucho más. Presiones inesperadas sobre las disciplinas estrechamente relacionadas con el desarrollo, como la sociología, la economía, la ciencia política y la antropología, que fueron particularmente relevantes en la configuración conceptual de los países en desarrollo después de la segunda guerra mundial, producirá inevitablemente novedades. En décadas recientes, las burocracias universitarias y de investigación empezaron a promover la “interdisciplinariedad”, primero en las ciencias naturales, y más recientemente en las ciencias sociales y humanidades. Aparecen nuevas agendas de problemas, se exploran nuevos enfoques metodológicos, y se aplican diversos criterios de evaluación, también en las ciencias sociales y las humanidades.

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Lanzado esta semana, el portal de revistas científicas de Fiocruz reúne en una sola dirección virtual todas las publicaciones de la Fundación.

Hacia los 90s las ciencias sociales entraron en un período de autorevisión preocupadas por una crisis del campo de conocimiento y los desafíos que planteaba el siglo XXI. En algunos sectores, se suponía que las ciencias sociales habían perdido una buena parte de su espíritu crítico con respecto a su contribución al análisis de problemas sociales y culturales. Se volvieron, en el mejor de los casos, más instrumentales a la gerencia social, y en el peor, una práctica trivial de escaso uso social. En las universidades, surgió un nuevo modo de pensamiento asociado con el enfoque de la nueva gerencia pública. Un discurso que incluía categorías como el mercado, comercialización, productividad, competitividad, racionalización, gobernabilidad, procedimientos y gerencia se volvió más popular. Esto ha apoyado la homogeneización del conocimiento en términos dictados por una visión reduccionista unilateral que omite la posibilidad de una mayor comprensión de la variabilidad cultural.

¿Cuál es el papel de las publicaciones científicas, especialmente de las revistas académicas, para el desarrollo de la ciencia y de la región?

Este es en parte el tema de mi conferencia en la Fiocruz así que aquí seré muy breve. Creo que las publicaciones científicas académicas tienen un papel importantísimo en el desarrollo de la ciencia y de la región, especialmente en las ciencias sociales y las humanidades, porque son herramientas insustituibles en la construcción de comunidades científicas dinámicas, creativas, socialmente responsables. Ellas pudieran proporcionar espacios privilegiados para ventilar ideas, propuestas, proyectos y visiones y representaciones de la sociedad.   Pero la forma como se percibe el papel de las publicaciones científicas hoy es diferente, como resultado del régimen de evaluación dominante.

El modo peculiar de definir la calidad tiende a ser ciego con respecto a las cuestiones vinculadas con el desarrollo: los rankings, después de todo, se usan para identificar a los campeones; el resto simplemente se olvida y descuida. No tiene nada en contra del desarrollo, pero en la medida que transforma la calidad en una competición por los mejores rankings, introduce la competición como la herramienta  de gestión en el sistema de investigación mundial y también define las reglas de la competición. Inexorablemente esto lleva a la adopción de la agenda de investigación “internacional” y a posponer indefinidamente la atención científica a los problemas locales.

La participación de América Latina en la producción mundial aparece como siendo demasiado baja. Pero estos resultados son el producto de bases de datos internacionales sin que se preste mucha atención a sus procedimientos de selección y exclusión. Simplemente se aceptan como verdaderos sin más, buscando explicaciones por los pobres resultados. A menudo se usa la poca inversión en I+D como una explicación. Si bien probablemente esto es parte de la respuesta, echarle la culpa a los científicos latinoamericanos por no participar en la “ciencia de corriente principal” hace que parezca como si sólo ellos fueran responsables de una situación donde claramente otros factores están funcionando: en particular, la casi total exclusión de revistas latinoamericanas de las bases de datos internacionales no debiera haberse ignorado en el momento de determinar los bajos números de los indicadores en cuestión.

En América Latina como un todo, por ejemplo, Scopus tiene sólo 726 revistas de la región (15% del las 4.882 listadas en el Catálogo de Latindex (http://www.latindex.unam.mx/latindex/catalogo.html).  Además, la barrera lingüística impide la posibilidad de que lo que se investiga en una lengua nativa en la periferia capte el interés del centro. Por ejemplo, sólo 13 de las 113 revistas mexicanas de ciencias sociales acreditadas en el Patrón de Excelencia del Consejo Nacional de Investigaciones Científicas de México (CONACYT) por su alta calidad, están indexadas por el Web of Science de Thomson Reuters.  El número de revistas científicas de Brasil indexadas en la WoS aumentó 205% entre 2002 y 2008, y las áreas más demandadas fueron energías alternativas, agricultura y ciencias sociales. Pero ello se logró después de ejercer presiones y de tomar iniciativas que revelaban las omisiones escandalosas de esas bases de datos internacionles.

Cual es la situación de los estudios sociales de la ciencia y la tecnología en AL?

Creo que es están viviendo su mejor momento, con la  institucionalización del campo cognoscitivo en una extensa geografía regional, con una agenda temática que se está ampliando, tratando de explorar su especificidad. Recientemente, desde la asociación que nos nuclea –ESOCITE-, hemos publicado un volumen con diversos textos que cubren un conjunto de temáticas presentes en la región, o que contribuyen a abrir nuevas perspectivas en los estudios sociales de la ciencia, la tecnología y el conocimiento en América Latina. Se trata de Perspectivas latinoamericanas recientes de los estudios sociales de la ciencia y la tecnología, publicado por Siglo XXI, México, editado por Kreimer, Vessuri, Velho y Arellano.

El estudio del desarrollo científico y tecnológico fue objeto, hasta los años ochenta, fundamentalmente de abordajes de inspiración histórica o política. Los escasos estudios sociológicos o socio-históricos se dirigieron a explicar el desarrollo de comunidades científicas a nivel nacional, o de algunas disciplinas específicas.

A partir de los años ochenta se observa una institucionalización de los estudios sociales de ciencia y tecnología. Las investigaciones se empiezan a organizar en grupos crecientes de sociología, historia social, antropología y política de la ciencia, así como de la economía del cambio tecnológico y de la innovación, y muchos de ellos van convergiendo en espacios comunes de interacción y debate.

En paralelo con la institucionalización del campo, fueron surgiendo diversos programas para la formación de nuevos investigadores. Esta formación se orientó hacia el posgrado, bajo la forma de maestrías y doctorados. Sobresale, a lo largo de todos estos años, la gran diversidad en las formaciones de grado de los especialistas que se van incorporando al campo, donde coexisten sociólogos, antropólogos e historiadores con ingenieros, biólogos o físicos, entre otras varias profesiones. Ya en la segunda década de los años 2000, una importante cantidad de jóvenes se ha formado en posgrados latinoamericanos, fortaleciendo tanto la investigación en estudios sociales de la ciencia y la tecnología como, proveyendo en algunos casos (menos de lo esperable, por cierto), profesionales capacitados para conformar cuadros del estado en el campo de las políticas de ciencia y tecnología.

Desde mediados de los 90s se comenzaron a organizar en forma bianual los Congresos Latinoamericanos de Estudios Sociales de la Ciencia y la Tecnología (Jornadas ESOCITE) y también tienen lugar seminarios permanentes, foros nacionales y latinoamericanos, que incluyen cada vez más investigadores y grupos con trayectorias en investigación y formación de posgrado. Desde el año 2001 se han comenzado a realizar, también en forma bianual, escuelas doctorales latinoamericanas en CTS (en años alternados con los congresos ESOCITE), con una participación creciente.

Desde hace varias décadas existen revistas especializadas en diversos aspectos del campo CTS en América Latina. En la historia de la ciencia, están la revista QUIPU, que se editaba en la UNAM de México,  Historia, Ciência, Saúde, editada por la Fundación Oswaldo Cruz (Manguinhos),  la Revista Brasileira de Historia da Ciência y, más recientemente, Eä Journal , Revista de Humanidades Médicas y Estudios Sociales de la Ciencia y la Tecnología apoyada por la Asociación Argentina para la Historia de la Medicina (SAHIME).  En particular, una revista ha acompañado el crecimiento de los estudios sociales de la ciencia y la tecnología en la región, la revista Redes, publicada en Buenos Aires, por la Universidad Nacional de Quilmes desde 1995, que en la práctica funciona como el órgano de comunicación fundamental de la actividad formal en los estudios CTS en América Latina.

Para otros artículos acerca de revistas científicas  en portugués consulte:

Rodrigues, Jeorgina Gentil and Marinho, Sandra Maria Osório Xavier. The trajectory of scientific periodicals at the Fundação Oswaldo Cruzperspectives of the Biomedical Sciences Library. Hist. cienc. saude-Manguinhos [online]. 2009, vol.16, n.2, pp. 523-532. ISSN 0104-5970.

Benchimol, Jaime L. et al. História, Ciências, Saúde – Manguinhos:examining 12 years of regular circulationHist. cienc. saude-Manguinhos, Mar 2007, vol.14, no.1, p.221-257. ISSN 0104-5970

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