May 4th, 2020
Section: Coronavirus and History
Iris Borowy, College of Liberal Arts, Shanghai University
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Iris Borowy, Distinguished Professor and Director of the Center for the History of Global Development at Shanghai University.
En 1994, la periodista científica Laurie Garrett describió el peligro de pandemia por virus emergentes en un libro llamado The Coming Plague. En 2007 repitió su advertencia en una charla, tomando como referencia la gripe española de 1918 y la pandemia de gripe aviar H5N1 de 1997. De manera premonitoria, señaló que cerrar el tráfico aéreo reduciría la velocidad, pero no evitaría la propagación de una enfermedad y que dicha medida crearía problemas para transportar las máscaras faciales desde China, el centro de producción. Ocho años después, Bill Gates hizo sonar una alerta similar en una charla. Al mostrar la imagen de un coronavirus, comentó que “la falta de preparación podría permitir que la próxima epidemia sea dramáticamente más devastadora que el Ébola”. En lo que ahora parece ser la premonición más espeluznante, el 18 de octubre de 2019, el Centro Johns Hopkins para la Seguridad de la Salud, El Foro Económico Mundial y la Fundación Bill y Melinda Gates hicieron un ejercicio pandémico basado en un escenario de una epidemia potencial, utilizando un virus ficticio llamado CAPS. El mismo fue descrito como un coronavirus, relacionado con el SARS pero ligeramente más transmisible y letal. El escenario resultó en 65 millones de muertes en 18 meses y una economía global en caída libre. Los organizadores solicitaron urgentemente una mejor preparación. Dos meses después, un hombre de 55 años ingresó en el Hospital Central de Wuhan, mostrando síntomas similares, pero no idénticos al del SARS.
Estas advertencias se basaron en pandemias que habían ocurrido en las ultimas décadas. La gripe aviar, que comenzó en 1996, mato a millones de aves y extendió a todos los continentes, causado la muerte de menos de 500 personas, casi todas, trabajadores de la industria avícola. En 2002/2003, el SARS mató a 770 personas y llego a un total de 26 países. En 2012, el MERS (Síndrome respiratorio del Medio Oriente) provocó la muerte de 850 personas y se mantuvo concentrado en gran medida en la península arábica. La pandemia de Ébola de 2014 permaneció efectivamente en África produciendo más de 28,000 casos y cerca de 11,000 muertes sobre todo en Guinea, Liberia, and Sierra Leone. La pandemia más mortal de los últimos años, la propagación de H1N1 o gripe porcina en 2009, se extendió a más de 200 países y se estima que pudo haber matado entre 150,000 y 575,000 personas.
¿Por qué, sin embargo, el SARS-CoV-2 o Covid-19 pareció sorprender a tanta gente y gobiernos? Una pregunta que va a ser discutida por los próximos años. Las autoridades chinas, después de perder semanas preciosas negando la enfermedad y reprendiendo a los médicos que la advirtieron, tomaron medidas muy contundentes y encerraron la ciudad entera de Wuhan el 23 de enero. Durante las siguientes semanas, estas medidas efectivamente contuvieron la enfermedad y dieron a otros países la oportunidad de prepararse. Numerosos países hicieron lo que resultó ser un mal uso de ese tiempo. En el Reino Unido, Italia, España, Francia y Estados Unidos, pasaron semanas hasta que los gobiernos tomaron medidas enérgicas y hasta que las poblaciones tomaron en serio los llamados al distanciamiento físico. Hubo un sentimiento generalizado de que este era un problema de otras personas en otros lugares. En retrospectiva, esta reacción parece arrogante o ingenua. Pero, irónicamente, aunque todas las voces de advertencia basaron sus consejos en precedentes históricos, también lo hicieron las personas que los ignoraron que pensaron que el peligro era focalizado y probablemente no una amenaza para todos los países.
En general, los países que mostraron la reacción más rápida y decidida en 2020 fueron los afectados por el SARS en 2003: Taiwán, Hong Kong, Singapur. Hay algunas excepciones a esto, pero en general, la correlación se mantiene. Mientras tanto, muchos países de todo el mundo, especialmente los de Europa y América del Norte, no se habían enfrentado a una grave amenaza epidémica desde la gripe española de 1918, e incluso dicha epidemia apenas se recordaba. Enmascarada por la Primera Guerra Mundial, estuvo prácticamente olvidada durante décadas. Cuando Alfred Crosby escribió un estudio en 1989, era un tema marginal. En los años siguientes, alimentados por las epidemias mencionadas, esto se ha convertido en un cuerpo formidable de estudios diversos. Sin embargo, esto no fue suficiente para cerrar la brecha entre 1918 y 2020 para que parezca directamente relevante. Una lección de Covid-19 puede ser la importancia que los resultados de la investigación histórica tienen para pensar las políticas sociales en el largo plazo. Asimismo, este momento revalida una antigua reivindicación poco atendida en el pasado de hacer de la historia de la medicina una actividad central de la investigación y el estudio en las universidades.
Resultaría beneficioso que alguna institución tome la iniciativa para planificar el futuro de la Salud Global tomando en cuenta a la historia. El Covid-19 puede brindar una oportunidad para reconsiderar cómo hacer que las sociedades sean más resistentes, más fuertes y más saludables. Cómo tener estructuras que proporcionen alimentos, educación, buenas viviendas y atención médica con menos contaminación del aire y menos accidentes de tránsito y posiblemente menos estrés. Para ello diversos estudios de la historia pueden servir. La inspiración puede provenir de la Gran Depresión de la década de 1930, que estimuló el establecimiento de la atención médica universal en algunos países, o el fracaso de la campaña de erradicación de la malaria, que precedió a una aceptación generalizada de la Atención Primaria de Salud como principio de las políticas sociales. En un momento en que la OMS enfrenta una crisis propia, esto podría ser útil para mostrar relevancia y liderazgo en la Salud Global. Alternativamente, dicha planificación podría estar vinculada a los Objetivos de Desarrollo Sostenible adoptados por todas las naciones que forman Naciones Unidas en 2015 entre las cuales están poner fin a la pobreza, proteger el medio ambiente y garantizar que todas las personas gocen de paz y bienestar para 2030. Sería no solamente bueno sino necesario tomar lecciones de la historia y ver las oportunidades en la crisis desde la mirada de los historiadores.
Como citar este post:
BOROWY, Iris. Covid-19, Salud Global e Historia. In: Revista História, Ciências, Saúde – Manguinhos (Blog). Publicado em 04 mai. 2020. Acesss [date].
Borowy, Iris. East German medical aid to Nicaragua: the politics of solidarity between biomedicine and primary health care. Hist. cienc. saude-Manguinhos, Apr 2017, vol.24, no.2, p.411-428. ISSN 0104-5970
Beyond Europe and North America – “Journals such as História, Ciências, Saúde– Manguinhos do a great service to global academia because they establish excellent academic work as a normal part of the Global South, and the Global South as a normal part of excellent academic work,” Iris Borowy, Distinguished Professor at the Center for the History of Global Development at Shanghai University.
Section Coronavirus and History – Creamos una sección especial en el blog con la visión de historiadores, especialmente de America Latina, sobre la pandemia de Covid-19.