Septiembre 2016
El artículo Médicos, prostitución y enfermedades venéreas en Colombia (1886-1951), de Diana Obregón, Universidad Nacional de Colombia, examina la lucha de los médicos colombianos contra las enfermedades ‘venéreas’.
En este período, Colombia sufrió procesos de urbanización, crecimiento de población, nacimiento de la industria y aparición de una clase media y de un proletariado urbano.
Los médicos encontraron una conexión estrecha entre la difusión del contagio de la sífilis y la gonorrea, y el aumento del ejercicio de la prostitución en las ciudades.
A finales del siglo XIX, los médicos y los organismos de higiene asumieron la prostitución como inevitable; en 1907 consiguieron reglamentarla y fundaron dispensarios para aplicar los tratamientos de mercurio y compuestos arsenicales.
Hacia los años 1930 y 1940, la curación de las enfermedades venéreas se asumió como un deber estatal de defensa de la raza y a favor de la civilización y del progreso.
Hacia 1950, el uso eficaz de la penicilina hizo que la cuestión de la prostitución se volviera a plantear en términos más morales y estéticos, y se impuso la abolición de las normas que regulaban su ejercicio, por lo menos en Bogotá.