13 de octubre de 2020
Sección: Coronavirus and History| Adriana Alvarez, Universidad Nacional de Mar del Plata
¿Cuál es el papel de la Historia en la pandemia? o ¿Cuál es el impacto de la pandemia en las investigaciones históricas? estos interrogantes articularán las líneas que siguen, pues forman parte de ese universo polifacético que siembra la COVID 19, donde el tiempo pasado se vuelve relevante de la mano de una “ansiedad social” alimentada por la incertidumbre biomédica que rodea a un virus emergente cuya prevención, tratamiento y secuelas se desconoce (por lo menos hasta comienzos de octubre del 2020 cuando escribo este texto). Asimismo, la crisis sanitaria global afecta a las ciencias en general y coloca a las ciencias humanas y sociales en una situación muy peculiar. Diferentes voces se alzan para afirmar que con la medicina no alcanza para entender y enfrentar al nuevo virus, dándole protagonismo a otras disciplinas. Sin duda, la Historia es una de las disciplinas más consultadas e interpeladas.
En los inicios de la pandemia estuve conmovida por los efectos de un nuevo virus, que al igual que otros que nos azotaron siglos anteriores, despierta el miedo a enfermar, el temor al contagio, a la muerte, (entre otras muchas pruebas que produce este tipo de crisis). Estaba convencida que mi mirada como historiadora tenía que enfocarse en las contribuciones que la Historia, como disciplina, podía aportar a la comprensión de la actual pandemia de COVID 19. Inquietud compartida en distintas partes del globo (Campos et al, 2020) [1], pero también riesgosa pues inicialmente hubo mucha cautela por parte de los colegas que anticiparon sus reparos en otorgar historicidad al presente. A meses de aquel momento, y de cara a una dinámica historiográfica que entre otras cosas se volvió altamente mediática, me parece oportuno comenzar a pensar en la fisonomía que el quehacer de los/las historiadores/ras va tomando a medida que la crisis sanitaria transcurre.
Multiplicidad de ensayos en diversos idiomas, opiniones o relectura de artículos publicados en revistas de la especialidad son difundidos por la prensa escrita, que junto a conferencias virtuales, notas periodísticas, conversatorios, blog, videos y posdcast, entre otras herramientas, muestran la variedad de canales que se abrieron a la Historia para saciar la incertidumbre en algunos casos, y en otros simplemente revivir por parte de un público más amplio, una pasión por conocer más y de modo diferente el pasado, tendencia que se venía gestando desde mucho antes que la Covid apareciera.
El coronavirus es un hecho inacabado aún, pero sin duda es histórico, las huellas que dejará en distintos planos (no sólo en el epidemiológico) lo ubican como un acontecimiento con relevancia suficiente como para ser analizado. Uno de los desafíos que tiene la Historia como disciplina es plantear abordajes posibles mientras la pandemia transcurre. En este sentido, desde mi perspectiva, cobran centralidad los modelos interpretativos utilizados para los estudios de epidemias pasadas, con la finalidad de hacer visibles las diferencias con el presente “plagático”, tratando de analizar las similitudes y diferencias que las atraviesan, preguntándonos cuán peculiar, terrible o hasta benigna puede ser en comparación con otras de su tipo (Alvarez y Manso, 2020, Alvarez, 2020).Los usos que se han hecho de las enfermedades y sus representaciones en el pasado es otro tópico sobre el cual la Historia tiene numerosos aportes y metodologías de trabajo probadas que pueden resultar de utilidad en los tiempos que corren.
Es decir, considero que la Historia como disciplina cuenta con suficientes herramientas para que con “humildad” (Jones, 2020) pueda observar y caracterizar la dinámica pandémica que azota al mundo, ya sea comparándola con otras de su tipo, o bien historiando la etapa que antecede a la aparición del brote. Es en este aspecto donde cobra centralidad el devenir de los sistemas de públicos de salud en las últimas tres décadas, la consolidación de las redes sociales como canal de comunicación, la globalización en todas sus dimensiones, la guerra comercial entre China y Estados Unidos, la disputa por alterar o no el orden mundial surgido tras la Segunda Guerra Mundial y su impacto en los organismos internacionales de Salud. Estas son algunas de las cuestiones que atraviesan a la problemática del SARS- COVID 2, y los/as profesionales de la Historia en tanto expertos en interpretar el pasado poseen habilidades para esos abordajes.
Pero si la Historia Global de la Salud está convocada al desafío arriba mencionado, también lo están los enfoques regionales, pues los caminos del virus son sinuosos, y su derrotero depende tanto de las formas que asume la gestión de la pandemia en cada región, como de las características de los contextos nacionales al momento de su llegada. El extremo sur del continente americano es un claro ejemplo de ello, y sus experiencias son válidas de ser analizadas incluso en espejo con las de otros continentes, dejando de lado el eurocentrismo a la hora de examinar los comportamientos y efectos del virus en las comunidades.
Enfermos/as, profesionales de la salud, científicos/as, voluntarios/as, líderes políticos y populares, son voces cotidianas y diversas que deben ser rescatadas para construir las memorias que surcan la pandemia. Testimonios sobre el padecimiento, el confinamiento, el trabajo, el compromiso, el estigma, el valor por la vida, la resignificación de la muerte, pueden constituir en el largo plazo pos pandémico la memoria colectiva para que las generaciones por venir se apoyen en ella y a la vez puedan ser insumo de futuras investigaciones. De lo que se trata en palabras del francés Certau que se dedica entre otros temas a la Teoría de la historia (Certeau,1999) es de rescatar “fragmentos particulares” de la experiencia vivida por los individuos. La historia oral es portadora de la metodología y experticia para realizar este tipo de acciones indispensables para los tiempos por llegar.
Pero como anticipé, estos roles que ha sumido la Historia de cara al momento pandémico o los que está en condiciones de asumir, impactan en otro terreno que es el de la práctica historiográfica. Por el tipo de objeto que aborda, se la puede definir como una investigación participante, donde se entrecruza la experiencia vivida por el/la historiador/ra con la comprensión e interpretación del hecho analizado. Por lo tanto, se inscribe en una historia del tiempo presente, que se piensa y elabora mientras está en pleno desarrollo la pandemia, que lleva registrados miles de muertos en el mundo. Historia del tiempo presente, en tanto es el estudio de un acontecimiento ocurrido en nuestra inmediatez. Por ello se trata de una forma de hacer historia, en la que la existencia de coetaneidad entre la experiencia vivida por el historiador/ra y el acontecimiento se vuelve indispensable.[2]
Si bien enfermedades como el SIDA o el Ébola, invitaban a preguntarnos sobre el derrotero epidemiológico hacia fines de la centuria pasada, no había por parte de quienes nos especializamos en estos temas motivaciones que nos llevaran a bucear en ese pasado más cercano. La llegada de la COVID 19, nos animó y, como decía Diego Armus recientemente: “La urgencia y el miedo invitan a narrar la epidemia” (Armus, 2020).
Pensar la COVID-19 en clave histórica, alimenta la emergencia de una práctica historiográfica que podríamos denominar (provisoriamente) de coyuntura. La llamo de esta manera porque resume dos cuestiones diferentes, por un lado, la temporalidad y por otro las características. Pero, además, visualiza que la misma puede ser (o no): transitoria.
Nuevos públicos, usos de lenguajes de comunicación accesibles, renovados formatos de publicación, y una agenda poblada de temas “que están ocurriendo” motivan o diseñan una nueva praxis. Práctica, que crece en un espacio formado por la intersección de la Historia Pública y la Historia Inmediata, tomando libremente aspectos de cada una de ellas y construyendo un lente propio para interpretar la Covid, más no encasillándose en alguna de ellas.
¿Por qué pienso en la intersección entre la Historia Pública y la Historia Inmediata?: La Historia Pública abarca todas las formas en las cuales los/as historiadores/ras y el conocimiento histórico salen de los espacios académicos como son las Universidades o Centros de Investigación para comenzar a vincularse con audiencias más amplias y variadas, sin perder rigor metodológico, ni capacidad de observación, solo apelando a un lenguaje accesible que permita difundir los conocimientos históricos.[3] La Historia Inmediata (también conocida como Historia del Tiempo presente), se enfoca en el estudio de un acontecimiento ocurrido en nuestra inmediatez, como señala Carlos Barros de lo que se trata es de “la historia que vivimos y la historia que escribimos” (Barros 2006).
Claro está, como ciudadanos sufrimos el virus, pero a su vez somos quienes tenemos herramientas y destrezas para otorgarle historicidad, la cual puede contribuir a comprender o al menos problematizar los procesos precedentes al momento del brote, restando con ello el carácter rupturista o de quiebre que se percibe en ciertas explicaciones lineales, sobre el fenómeno pandémico.
Por lo tanto, y a modo de cierre, entiendo que la Historia como el resto de las ciencias sociales y humanas tienen un rol fundamental de frente a la actual pandemia. Pero también, percibo que ha sido rozada por ella, sin poder entender o describir (de manera profunda) al momento de la escritura de este trabajo (octubre del 2020), las formas o el grado de ese impacto.
Como citar este texto: Alvarez, Adriana. La Historia en épocas de pandemia. In: Revista História, Ciências, Saúde – Manguinhos (Blog). Publicado en 17 de agosto de 2020. Accedido en [fecha].
Referencias
ALVAREZ Adriana. La Historia del COVID 19 en tiempos del Coronavirus. Un ensayo inconcluso. Revista Pasado Abierto, n 11, año 6, p.215-235, 2020. Disponible en: http://fh.mdp.edu.ar/revistas/index.php/pasadoabierto/article/view/4215/4257. Consultado el 10 de sep.2020.
ALVAREZ Adriana y MANZO Alexis. El siglo XXI y sus pandemias por coronavirus: entre el Sars – Covid (2003) y el Sars- Covid 2- o Covid-19 ( 2020). El caso argentino. en ALVAREZ Adriana (ed) Del Cólera al Covid 19. Una mirada por viejas y nuevas pandemias en la Argentina. Mar del Plata: Ed EUDEM. 2020 (en prensa).
ARMUS, Diego ¿Cómo se narra el Corona Virus? Incertidumbres e historias globales. Revista Ñ . Disponible en: https://www.clarin.com/revista-enie/ideas/-narra-coronavirus-incertidumbres-historias-globales_0_ot977nECw.html Consultado el: 22 de abril. 2020.
BARROS GUIMERÁNS Carlos. La historiografía y la historia inmediata: la experiencia latina de historia a debate (1993-2006). HAOL, n. 9, p.193-196. 2006.
CAMPOS Ricardo, PERDIGUERO Enrique, BUENO Eduardo. Cuarenta Historias para una cuarentena: Reflexiones históricas sobre epidemias y salud global. Madrid: Ed. Sociedad Española de Historia de la Medicina.2020 Disponible: https://sehm.es/wp-content/uploads/2020/08/Cuarenta-historias-para-una-Cuarentena.pdf. Consultado 10 de sep.2020
CAUVIN, Thomas. The Rise of Public History: An International Perspective. Historia Crítica, no. 68, p. 3-26, 2018.
CERTEAU Michel de La escritura de la Historia , México: Universidad Iberoamericana, 1999.
Franco, Marina y Daniel Lvovich. Historia reciente: apuntes sobre un campo de investigación en expansión. Boletín del Instituto de Historia Argentina y Americana “Dr. Emilio Ravignani” vol. 47, p, 190-217.2017.
FRANCO, Marina y LEVIN, Florencia (comps). Historia reciente. Perspectivas y desafíos para un campo en construcción. Buenos Aires: Paidós. 2007.
GARAY, Graciela de (coord.). Para pensar el tiempo presente. Aproximaciones teórico-metodológicas y experiencias empíricas. México: Instituto Mora. 2007.
JONES DS. COVID-19. History, and Humility. Centaurus. n 62, p. 370–380,2020
LIDDINGTON, Jill. O que é História Pública. Introdução à História Pública, editado por Juniele Rabêlo y Marta Gouveia, 31-52. Sao Paulo: Letra e Voz, 2011.
Rede Brasileira de História Pública. Perspectivas da História Pública no Brasil: experiências e debates. Niterói: Universidade Federal Fluminense, 2016.
[1] A modo de ejemplo la compilación de Campos, Perdiguero, Bueno (2020) recupera a meses de la pandemia Cuarenta Historias donde se reflexiona desde ángulos diversos sobre la Covid 19.
[2].Sobre el tema recomendamos a Franco, Marina y Florencia Levín (2007), Franco, Marina y Daniel Lvovich (2017). Fazio, Hugo. (2010). Galimi, Valeria. (2003). Garay, Graciela (2007).
[3] Cauvin, Thomas (2018), Liddington, Jill (2011), Rede Brasileira de História Pública (2016).
Lea los artículos de Adriana Alvarez en HCSM:
Alvarez, Adriana. Los desafíos médicos, sociales e institucionales que dejó la poliomielitis: la rehabilitación integral en la Argentina de mediados del siglo XX. Hist. cienc. saude-Manguinhos, Set 2015, vol.22, no.3, p.941-960. ISSN 0104-5970
Alvarez, Adriana and Nascimento, Dilene Raimundo do. Lo ganado y lo perdido después de dos décadas desde que América Latina fue declarada zona libre de poliomielitis. Hist. cienc. saude-Manguinhos, Set 2015, vol.22, no.3.
Alvarez, Adriana et al. A gripe de longe e de perto: comparações entre as pandemias de 1918 e 2009. Hist. cienc. saude-Manguinhos, Dez 2009, vol.16, no.4, p.1065-1113.
Álvarez, Adriana. La experiencia de ser un ‘niño débil y enfermo’ lejos de su hogar: el caso del Asilo Marítimo, Mar del Plata (1893-1920). Hist. cienc. saude-Manguinhos, Mar 2010, vol.17, no.1.
Alvarez, Adriana. Resignificando los conceptos de la higiene: el surgimiento de una autoridad sanitaria en el Buenos Aires de los años 80. Hist. cienc. saude-Manguinhos, Oct 1999, vol.6, no.2.