Notas sobre nuestra circunstancia

Maldonado, 7 de mayo de 2020.

Dr. Víctor Serrón | Cerp del Este. CFE. ANEP. Uruguay.

1. De los comienzos.

Victor Serrón es profesor de historia y sociología.

Desde el 31 de diciembre de 2019, se tuvo certeza de decenas de casos de una “neumonía” que no era SARS, ni MERS, ni influenza, tampoco de influenza aviar, en un hospital de la ciudad de Wuhan. Así lo informó la página web de la OMS[1].

Sin embargo, a pesar de que, en el mundo científico, se encendieron todas las alarmas, el cinco de enero, previo a los reyes magos, y los regalos que en Roma y Milán deja la bruja Befana, la OMS, indicó de modo categórico:

“La OMS no recomienda ninguna medida específica para los viajeros. En caso de presentar síntomas compatibles con una enfermedad respiratoria, ya sea durante o después del viaje, se alienta a los viajeros a que busquen atención médica e informen al profesional sanitario de los viajes que han realizado.”

Ya para el 12 de enero de 2020, se sabía, en el elemental análisis retrospectivo hecho, que el inicio de la epidemia tenía que remontarse a la primera semana de diciembre de 2019.

(Desde el 13 de marzo sabemos que -por investigaciones más sofisticadas del «South China Morning Post» -, que los primeros casos corresponden al 17 de noviembre de 2019, y existen acusaciones severas, de que fueron datados de modo retardado, con expresa conciencia de las autoridades[2].)

El día 8 de enero se encontraron casos documentados fuera de China, concretamente en Tailandia:

El paciente, que procede de Wuhan (China) y se encontraba de viaje, fue detectado el 8 de enero por funcionarios tailandeses y se le hospitalizó el mismo día. De acuerdo con funcionarios tailandeses, se está recuperando[3].

Sin embargo, cuatro días más tarde la OMS (12 de enero), reiteró lo señalado el día 5 de enero, en cuanto a que no recomienda ninguna interrupción en los contactos con China[4]. Ese mismo día, además de no recomendar, ninguna medida de restricción, con respecto a los viajes, indicaba la OMS: 

“De acuerdo con la información emitida por las autoridades, no hay pruebas claras de que el virus se contagie fácilmente entre personas.”

Y haciendo gala de gran desinformación -sin presumir, ningún atajo conspirativo- agregaba:

“Por el momento, no se ha informado de ningún caso de infección por este nuevo coronavirus en lugares distintos de Wuhan”.[5]

En cambio, con información en extremo fragmentaria cinco días más tarde -el 17 de enero-, el Imperial College de Londres, consideraba altamente probable el contagio entre humanos y recomendaba tomar medidas, y lo decía y escribía en varias lenguas, entre ellas, en perfecto castellano[6].

El día 22 China se puso a tono, y admitió lo que era un secreto a voces: el contagio entre humanos estaba documentado[7].

En vísperas del comienzo del año de la rata (del día 24, al día 25), el día 23 de enero, el gobierno chino decidió, cerrar la ciudad de Wuhan y confinar a toda su población.

La OMS, no ahorró elogios, ante una medida, que no había recomendado: Gauden Galea -representante, de la OMS en China-, la calificó, como inédita, y que revelaba el alto compromiso del Estado chino, en la contención de la nueva patología[8].

Entre el 25 y el 31 de enero, se documentaron casos en París, en Alemania, Italia, Austria y España. ¿Serían realmente los primeros?

Pero lo más destacado, entre el 21 y el 27 de enero se diagnosticaron casos en Toronto, y en USA (Estado de Washington).

Y estos datos son fundamentales: hacia finales de enero -en menos de un mes- el virus del SARS-2 (Covid-19), ya se había dispersado por toda Eurasia, y había llegado a América (septentrional) y Australia. Empíricamente, no era necesario ningún subido análisis: el virus pasaba de un ser humano a otro. La zoonosis, se había cristalizado integralmente y abrazaba al mundo. Fines de enero. La propia OMS lo indicó así, algo tardíamente[9].

El R0 (número reproductivo básico)[10], es el ritmo con el cual un virus o un germen se contagia. Para que no haya señales de alerta epidémica, ese R0, debe ser menor a 1. Pero el Imperial College, da a conocer, a la prensa -en inglés-, el 5 de febrero [11], en castellano lo replica la BBC, el 12 de febrero[12], que el R0 del SARS-2, se expande a una tasa que oscila entre 1,5 y 3,5, previamente los investigadores chinos lo habían estimado en 4,08, mas recientemente la Universidad de los Álamos estima el R0 en 5,7.

¿Qué se quiere significar? Muy simple: desde el 5, o si se quiere desde el 12 de febrero, cualquier estudiante de infectología, o demografía, pudo saber que estaba frente a una nueva enfermedad, con un piso de contagio, por lo menos tan alto como la gripe, que tiene un R0, de 1,3. Con un sutil agravante, desde el 12 de enero de 2020, tenemos el ARN del virus secuenciado[13] el mismo no era conocido entre humanos, y por supuesto, no disponíamos, ni disponemos de ningún remedio.

Contagia y mata -se sabía desde el 11 enero de 2020[14]-, y no disponemos de otra defensa, que nuestro sorprendido sistema inmunológico, ciertamente educado desde el neolítico, en enfrentar diversas zoonosis[15].

Nuevamente el Imperial College, informa al mundo el 21 de febrero, entre otras lenguas, en perfecto castellano:

“Aunque las restricciones de viaje desde la ciudad de Wuhan y otras ciudades de China pueden haber reducido el número absoluto de viajeros desde y hacia China, estimamos que aproximadamente dos tercios de los casos de COVID-19 exportados desde China continental han pasado sin ser detectados en todo el mundo, lo que podría dar lugar a múltiples cadenas de transmisión de persona a persona aún no detectadas fuera de China continental.”[16]

Si alguien soñó que la américa meridional, se iba a quedar fuera del circuito, el 26 de febrero debió despertar, en San Pablo, de documentó el primer caso:

“El Ministerio de Salud de Brasil confirmó este miércoles que un hombre de 61 años que recientemente viajó a Italia dio positivo por covid-2019, con lo que se convierte en el primer caso detectado oficialmente en América Latina”[17].

 A los seis días, el 3 de marzo, el germen se instaló en Buenos Aires:

Este martes, el Ministerio de Salud de Argentina confirmó el primer        caso del nuevo coronavirus en el país. Lo anunció en conferencia de    prensa el ministro de Salud, Ginés González García. El paciente es un          hombre de 43 años que llegó a Buenos Aires procedente de Milán,                Italia, este domingo, y se atendió en una clínica privada de la                capital Argentina.

El 11 de marzo de 2020, la OMS, declara que el nuevo SARS 2, o COVID-19, tiene alcance planetario y declara el estado de pandemia:

“11 de marzo de 2020

Profundamente preocupada por los alarmantes niveles de propagación de la enfermedad y por su gravedad, y por los niveles también alarmantes de inacción, la OMS determina en su evaluación que la COVID-19 puede caracterizarse como una pandemia.

En Montevideo, los primeros casos se detectaron el 13 de marzo.

 

2. Del peligro al riesgo.

 El lente teórico, que se adoptará en esta intervención, es el sugerido, por un grupo de autores heterogéneos, que provienen de disciplinas a menudo divergentes, y con tradiciones de inserción académicas también variadas, pero quien inspiró la estructura del texto, y la linea argumental fue Claire Hooker, en una excelente intervención sobre la experiencia del SARS, en Canadá[20].

Historiadores como William Mc Neill, Alfred Crosby, genetistas como Jeffery Tauberberger, o sociólogos como Antony Giddens, Niklas Luhmann, Ulrich Beck y Robert Castel, en medio de diferencias inocultables, tienden a caracterizar nuestra modernidad reciente en términos de riesgo.

Robert Castel, en un texto muy conocido – De La Peligrosidad al Riesgo[21]-, y referido a la cuestión sanitaria, indicaba, que, si la cuestión de lo peligroso era el eje vertebrador de las acciones sanitarias hasta las últimas décadas del siglo XX, a partir de los noventa, se produce un fuerte desplazamiento hacia un abordaje centrado en los factores de riesgo de la población.

Desde el eje médico-paciente, la cuestión sanitaria, se habría ido desplazando hacia los flujos de población y su respectiva gestión en los últimos años del siglo XX.

Mateo Legnani, en el Montevideo de 1917, indicaba:

La tuberculosis y la sífilis son modos de venganza de las clases sociales desposeídas (…) la prostituta y la sirvienta, salidas del hogar, arrojadas al arroyo, están encargadas de llevar (las enfermedades) hacia los palacios, depositarlas allí y matar niños e idiotizar adolescentes[22].

El peligro, claramente es la atmósfera, que se infiere de tal intervención médica.

Un clásico de la medicina del siglo XX fue sin duda, las enfermedades de trasmisión sexual. En la nueva perspectiva del riesgo, no se trataría tanto (cómo lo era en el novecientos), ni fundamentalmente, de poner restricciones a las personas, cuanto, de prevenir acciones de riesgo.

Esas acciones de riesgo suponen información -campañas de prensa, y de educación sexual- acciones positivas que orienten a padres, y a jóvenes -como practicar deportes- para que las personas puedan optar informadamente, tener relaciones sexuales no precipitadas y con condón.

Ni el joven, ni la prostituta, tampoco la persona que busca un devaneo sexual, son peligrosas, o portadores del mal, sino que son pasibles de conductas más o menos arriesgadas. Y el principio del riesgo se extiende a todas las personas.

Por medio de indicadores confiables se puede determinar, quienes poseen mayor propensión a la conducta no deseada, y sobre ellos es que se aplica, por parte de los diseñadores de política una estrategia para mitigar los daños. La estrategia, implica modelos demográficos, sociológicos y culturales, y sobre todo una gestión dónde la estelaridad se encuentra en el experto en gestión, antes que el especialista en salud o ciencias sociales.

Con los consumos problemáticos ocurre algo similar, antes que una lógica de prohibición tiende, a ser más convincentes políticas que gestionen los riesgos.

Las enfermedades en este enfoque surgen antes de que nada por un estilo de vida: consumo de alcohol, fumar, sedentarismo. Por consiguiente, lograr la reducción de lo indeseable pasa por generar oportunidades de cambio de hábitos, información y conducción de grandes poblaciones a direcciones previamente consignadas.

El nuevo modelo de caracterizar las enfermedades, en términos de riesgo y no de peligrosidad, surgiría de la constatación que los sueños higienistas, estimulados por una bacteriología demasiado novedosa, no había logrado cumplir con sus promesas.

Las hipótesis de eliminar los focos indeseables tal vez sean alcanzables con animales, como las aves infectadas en el sudeste asiático, o los cerdos con aftosa, en el 2002, en el Río de la Plata.

Eliminar la peligrosidad, por lo demás se encuentra en los fundamentos de las menos admiradas de las soluciones políticas del siglo XX: ni la experiencia nazi, ni la estalinista, tampoco la que se experimentó entre nosotros, con el terrorismo de estado, parecen sugerir modelos de acción social, o de desarrollo de políticas, que ofrezcan atractivos antecedentes.

Por tanto, Castel postula que el modelo de peligrosidad entra en crisis por dos razones: a) un fracaso empírico, y b) una notoria inconveniencia política.

El modelo del riesgo al no exigir la presencialidad tan central de paciente y médico permite detectar de modo confiable, mediante el depurado cálculo estadístico, dónde se encuentra el riesgo de la situación indeseable: antes que tratar con el embarazo adolescente, una política de riesgo analiza de manera virtuosa donde se producen los mismos, y se puede adelantar, detectar la fuente y los comportamientos que hay que desestimular, y que se presentan asociados.

El modelo se impone, con pocas resistencias, pues ya no hay embarazos generados por razones ontológicas, sino tan solo situacionales, antes que abordar al individuo, y culpabilizarlo, alejarlo o encerrarlo, se trata tan solo de disolver o diluir el complejo causal, que puede ser determinado con un alto nivel de precisión.

Un nuevo modelo de gobierno basado en vigilancias, en observaciones sistemáticas, que discutirlas no resulta nada sencillo, ni siquiera para los anteriores técnicos artesanales, como los médicos clínicos.

De hecho, el modelo del riesgo se extiende sobre todo el espacio social, y lo absorbe, en una muy insistente, investigación continua: nuestras encuestas continuas de hogares detectan por doquier riesgos sanitarios, culturales, económicos, sociales, existenciales, en suma, de manera mensual o trimestral -dependiendo del indicador.

Desde luego que el nuevo modelo que se impone esconde muy mal su sueño: no hay ya elementos que se sitúen fuera de la sedosa mano de la gubernamentalidad. No hay nada que pueda ya aterrorizar, todo puede ser modulado, y gestionado hasta un final deseado, naturalmente en los límites de un mundo sin imprevistos, sin monstruosidades.

En ciertas condiciones de existencia, el modelo del riesgo actuarial es notoriamente posible de ser implementado, a condición de que no se admitan como sistémicos las irrupciones de factores violentos o imprevistos.

No se requiere demasiado esfuerzo, para inferir, que si en el espacio de los Estados nacionales, el modelo de peligrosidad agotó las esperanzas de éxito a finales del siglo XX, en un plano, ya no internacional, sino global[23] -que supone la existencia de dimensiones sociales que no se agotan, en la suma o relación entre Estados, y que trata con magnitudes poblacionales, que van desde los 5000 a los 6000 millones de personas ( hoy entre 7000 y 8000 millones), con un doble correlativo y positivo de urbanización, sumado a la intensificación del transporte territorial, acuático, y sobre todo aéreo- la peligrosidad, parece un expediente notoriamente obsoleto: ¿dónde ubicar a los peligrosos, dónde confinarlos, en un mundo donde la conectividad real -de pasajeros-, entre la antípodas geográficas se mide en horas (San Pablo a Tokio, en nuestros días se recorre por avión, en un lapso que oscila entre 19 a 23 horas) , y no necesariamente con escalas? ¿Cómo postular las rígidas separaciones, en una sociedad, una cultura, y una economía, que se sostiene en los encuentros?

Si para los autores del Levítico, los fundamentos religiosos, podían doblarse en sanitarios, y así hacer prosperar las separaciones que, con tanto caudal, estudió, entre otros, Michel Foucault, en La Historia de la Locura, es muy claro, que ya desde el mundo colonial, imperial, y más aún en el global, las clausuras no se imponen con facilidad, ni surgen como derivados lógicos, ni siquiera para una personalidad tan importante, como el presidente de los Estados Unidos.

En ese contexto, el modelo del riesgo se volvió, un expediente altamente apreciado, por las organizaciones, que, con variado éxito, pretenden introducir alguna regulación en nuestra actual circunstancia.

Sin ser demasiado sumario, el mundo global -tal cual lo conocemos- se sostiene o retrocede, en relación directa, al éxito que recojan que los modelos de gobernanza, que se implementen.

Si trazamos un eje que tenga en un extremo a la peligrosidad, y el otro al riesgo, es muy claro, que el candidato para regular nuestro mundo tiende a aproximarse al polo del riesgo, y distanciarse del de la peligrosidad. Aunque en ocasiones puntuales, la peligrosidad, no se descarte en absoluto, pero de ser el vertebrador de la estrategia, pasa a jugar como un componente que solo se puede utilizar, de modo muy meditado. El ser o entidad peligrosa, lo señala el modelo matemático del riesgo, y no a la inversa. No es lo peligroso, lo que explique al modelo de riesgo. Si lo indeseable son los ataques terroristas, está muy claro, después de la experiencia recogida entre 2015 y 2018, en Paris, Barcelona, Bruselas o Estambul, que cerrar la conexión aérea, con algunos países de medio oriente, no son expedientes muy exitosos. Detectado, el foco, se requiere de una política capilar, que gestione los eventuales brotes, y eso lo hace la llamada “inteligencia policial” que no es más que un modelo de riesgo, o de gubernamentalidad, que combina una razón de estado (hoy con ayuda del Big Data), y una precisa tecnología pastoral (qué dice, qué piensa el individuo, qué lo atrae, qué rechaza), que lejos de oponerse se integra con un refinamiento creciente.

 

3. ¿Cómo gestiona al mundo global la OMS?

Para quien redacta, parece muy evidente, que el Global Outbreak Alert and Response Network[24] (GOARN), y el marco normativo, que se deriva del Reglamento Sanitario de 2005, responde a lo que Castel llamó modelo de riesgo, antes que de peligrosidad[25].

El reglamento sanitario de 2005 permite, que el denunciante del brote epidémico no sea necesariamente el estado miembro:

Artículo 9 Otros informes

  1. La OMS podrá tomar en cuenta los informes procedentes de fuentes distintas de las notificaciones (negrita propia) o consultas y evaluará esos informes con arreglo a los principios epidemiológicos establecidos; seguidamente comunicará información sobre el evento al Estado Parte en cuyo territorio presuntamente esté ocurriendo dicho evento. Antes de adoptar medida alguna sobre la base de esos informes, la OMS consultará al Estado Parte en cuyo territorio esté produciéndose presuntamente el evento y procurará obtener de ese Estado Parte la verificación del evento de conformidad con el procedimiento establecido en el artículo 10. Para ello, la OMS pondrá a disposición de los Estados Parte la información recibida, y sólo en caso de que esté debidamente justificado podrá la OMS mantener la confidencialidad de la fuente. Esa información se utilizará de conformidad con el procedimiento establecido en el artículo 11.”[26]

Si esa es la base normativa, la infraestructura es la Red Mundial de Alerta y Respuesta ante Brotes Epidémicos, que integran 120 núcleos, derramados en planeta, y que presume, en un video promocional, en francés, inglés y castellano, que se encuentra en condiciones de advertir del surgimiento de un brote en cuestión de horas o días.

¿Quiénes la integran?

La Red Mundial de Alerta y Respuesta ante Brotes Epidémicos aúna los recursos técnicos y operacionales de instituciones científicas de los Estados Miembros, iniciativas médicas y de vigilancia, redes técnicas regionales, redes de laboratorios, organizaciones de las Naciones Unidas (por ejemplo, UNICEF, ACNUR), la Cruz Roja (Comité Internacional de la Cruz Roja, Federación Internacional de Sociedades de la Cruz Roja y de la Media Luna Roja y sociedades nacionales), y ONG humanitarias internacionales (Médecins sans Frontières, Comité Internacional de Rescate, Merlin y Epicentre). Pueden participar instituciones, redes y organizaciones técnicas con capacidad para contribuir a la labor internacional de alerta y respuesta ante brotes epidémicos.”[27]

Naturalmente, uno u otro actor podrían ser de discutible confianza, no obstante, la heterogeneidad de la red vuelve dificultosa una conspiración. Y en esa diversidad que se extiende desde actores políticos -los Estados- a actores económicos -los laboratorios- a actores de alto compromiso social -las ONG, organizaciones humanitarias-, pasando por las organizaciones dependientes de naciones unidas, y que incluye a organizaciones científicas, se concentra su fortaleza.

 

4.¿Qué ocurrió con el tan reputado, y elogiado, Global Outbreak Alert and Response Network (GOARN) en el caso del covid-19?

Es muy evidente, que ningún vuelo, ningún dron, ningún satélite captó inusuales movimientos en torno al hospital de Wuhan, tampoco el “Big Data”, pudo advertir de conversaciones -o simplemente frecuencia de vocablos- o preocupaciones sanitarias, en torno a la ciudad de Wuhan, en el mes de noviembre, o aún en el mes de diciembre. De hecho todos los sistemas de inteligencia, que se puedan imaginar, fracasaron de modo inapelable.

Tampoco las autoridades sanitarias, del sudeste asiático, advirtieron nada extraño, antes del aviso que dio China, el 31 de diciembre de 2019.

Fuera de China, el primer elemento disonante, se obtiene el 8 de enero de 2020, en Tailandia.

La hipótesis de algunos gobiernos es que el Dr. Tedros Adhanom Ghebreyesus, y su entorno, son proclives a China y lo sostienen señalando, que su país de origen -Etiopia, de quien fue canciller- tiene como principal inversor al estado chino. ¿Racismo solapado?

No obstante, más allá de la discutible transparencia del director del OMS, es evidente, que el Imperial College, no es una agencia que dependa de presidente Xi Jinping, y desde temprano advirtió, que el virus era altamente contagioso, y que infectaba entre humanos.

El Dr. Jeffery K. Taubenberger y su equipo publicaron el 26 de febrero -el mismo día que entró en Brasil el covid-19-, un notable artículo “Escaping Pandora’s Box — Another Novel Coronavirus”, advirtiendo el espesor de la nueva enfermedad en términos ya no anuales, sino seculares. Y Taubenberger, es nada más ni nada menos quien decodificó el virus que causó la epidemia de 1918-1919.

No resulta creíble que ese equipo de científicos, en un brote de inspiración hayan advertido la profundidad del problema el día 25 de febrero. Sin duda lo intuían desde antes.

Desde luego que resulta muy poco creíble, que París[28], Londres o Berlín, carecieran de informes que enmarcaran con realismo, el problema. El núcleo que rodeaba al imperial College lo tenía muy claro a mediados de Enero:

 “Muchos aspectos del nuevo brote de coronavirus COVID-19 (anteriormente denominado 2019-nCoV) en Wuhan son altamente inciertos. Sin embargo, la detección de tres casos por fuera de China (dos en Tailandia, uno en Japón) es preocupante”.

Y agregaban, con un tono de inocultable alerta, aun para la flema británica:

“la magnitud de estos números sugiere que una substancial transmisión de humano a humano no puede ser descartada. Se recomienda un incremento en la vigilancia, intercambio rápido de información y un fortalecimiento de los planes de preparación.”[29]

 Y no lo hizo, de manera confidencial, alcanza con seguir la cronología de noticias de la BBC de Londres, para advertir que nadie que se dedicara al tema podía permanecer indiferente.

Personal altamente especializado, y culto, debió advertir, a las elites políticas, y económicas de las eventualidades, las futuras investigaciones señalaran o no la veracidad de la hipótesis.

 

5. En Uruguay.

El 31 de enero de 2020, luego que el germen se había instalado en la américa del norte, el subsecretario de salud pública Jorge Quián ante preguntas de una periodista señalaba acerca del riesgo de la llegada del virus al país:

“Es un riesgo muy bajo”

Y agregaba:

Que la trasmisibilidad en menor que otros virus” y lo compara con el sarampión.

La comparación es muy exigente, son pocos los virus -si existen- que sean tan contagiosos como el virus del sarampión.

El R0 del sarampión que llega a 18, se encuentra en el primer lugar de la trasmisibilidad.

Y ampliaba indicando, que “la mortalidad en menor comparado con pandemias que hubo años atrás (sic)

-el SARS” dice la periodista.

Y el agrega –el SARS por ejemplo”.

“Y el dengue cuanto preocupa” señala la periodista –Mucho porque hay una epidemia importantísima”, responde el Dr. Quián[30].

Recién el 3 de marzo, las nuevas autoridades del MSP, se refirieron al nuevo virus, y con tranquilidad informaron, de su inminencia, al respecto indicó el Dr. Asqueta:

Uruguay está preparado para que esta epidemia llegue en algún momento[31].

Sin embargo, tres días más tarde, el 6 de marzo, la preparación no era la nota dominante en el aeropuerto de Carrasco. Lo más cercano a la paciente cero, que se detectó en el país relataba:

“El 6 de marzo volví a Uruguay. Pregunté si había alguna medida en el aeropuerto porque venía de Europa y me dijeron que no”

 Según Sputnik, al aparecer los primeros síntomas, Hontou pidió al hospital privado Británico que le realizara estudios en su casa, pero las autoridades se negaron.

 Dijo que luego de insistir “accedieron” a enviarle un enfermero a su domicilio y las muestras las derivaron al Ministerio de Salud Pública (MSP).

 “El Ministerio de Salud Pública rechazó mi análisis porque dijeron que yo no era una paciente grave, moví cielo y tierra para que en este país nadie se infectara, porque me querían internar al hospital británico”[32].

Fueron de tal impacto, las declaraciones de la primera enferma documentada, que el gobierno entrante dejó trascender, tal vez, a modo de justificación, que, al asumir, la preparación de la que hablaba con insistencia el subsecretario saliente -Dr. Quián- y el director general de salud entrante -Dr. Asqueta- era cuando menos discutible:

 “Cuando Daniel Salinas se hizo cargo del Ministerio de Salud Pública la realidad no podía ser peor: el coronavirus ya había llegado a Brasil y el laboratorio central de la cartera apenas tenía 100 kits de diagnóstico que permiten detectar la enfermedad”[33].

Cómo resulta fácil, de intuir, esto fue motivo de disputa política, entre los gobernantes, salientes y los entrantes, y la prensa y las redes sociales lo reprodujeron de manera integral, no obstante, lo que no aparece muy documentado, es el hecho simple, de que la información sobre la gravedad de la epidemia era ostensible, para quien quisiera conocerla.

Tanto el ministerio saliente, con Jorge Quián a la cabeza, como el entrante, con solo leer los reportes diarios, que publicaba la BBC de Londres, resultaba suficiente, para tener una idea bastante precisa, de una serie de cuestiones.

  1. La trasmisibilidad del virus ciertamente no era el de sarampión, pero se acercaba a la tos ferina, a la viruela, a la rubeola, y superaba a la de la gripe o influenza.
  2. Los controles, llenos de perforaciones, se hacían, desde por lo menos un mes, en Europa occidental.
  3. La mortalidad, en magnitudes imprecisas, se registraba, en todo el mundo hacia el 1 de marzo de 2020.
  4. Las autoridades de la OMS no estaban precisamente, actuando con medidas muy ágiles.

Por tanto, la insensibilidad del Dr. Quián, o la preocupación del Dr. Asqueta, no logran salvar, ese hiato, aunque ambas hayan existido.

 

6. Del riesgo al peligro: 13 de marzo de 2020 en Uruguay.

 A partir del día 3 de marzo, con el primer caso documentado en Buenos Aires, tan cercana siempre por variadas y confesables razones, y particularmente desde el día 6 con la llegada de la hipotética paciente cero, al día 13 de marzo, los mensajes en redes sociales -por lo menos es lo que experimentó quien escribe- se intensificaron con variados rumores, e inocultables ansiedades.

Las ansiedades, no son una respuesta calculada, en virtud de una probabilidad sostenida en el teorema de Bayes, sino la respuesta, que anida, en zonas muy profunda de nuestra psiquis, y son movilizadas por el miedo.

La respuesta racional, que según el instituto Pasteur de Paris, había logrado desarmar, a la epidemia del SARS[34], gracias al alerta mundial que dio la OMS en 2003, y la consiguiente movilización planetaria, claramente no se ha verificado, en el presente caso aún en curso.

Por tanto, la racionalidad que pone en juego el análisis de riesgo, y la gobernanza global, fue dejando espacio, para su alternativa, el peligro, y su espacio, la patria, el barrio, la casa o el hogar, inclusive un poco más: el propio cuerpo individualmente considerado.

Una vez que el poder ejecutivo uruguayo, constató en la tarde-noche del día 13 de marzo, los primeros cuatro casos, la respuesta no fue gradual, sino radical, y cortante:

de forma preventiva” se declara la emergencia sanitaria, por lo que se va a proceder a “un cierre parcial de fronteras”, lo que “implica una cuarentena obligatoria para los provenientes de países declarados en riesgo”. Además, en este mismo apartado, se declaró la “prohibición de descensos de pasajeros y tripulantes de cruceros”. En lo que refiere a la interna de nuestro país, declaró la “suspensión de todos los espectáculos públicos”[35]

 La escalada de medidas no paró en el cierre parcial de fronteras, la prohibición de descensos de pasajeros de cruceros, y la suspensión de los espectáculos públicos, al día siguiente, es decir sábado 14 de marzo:

“Tras la constatación de dos nuevos casos de coronavirus, llegó a seis la cifra confirmada. El Gobierno suspendió las clases en todos los niveles educativos públicos y privados por 14 días y garantizará la alimentación de los estudiantes que asisten a comedores”[36]. 

La universidad pública y algunas universidades privadas, ya desde el día anterior -13 de marzo- se habían adelantado, a la suspensión de aulas:

“Udelar suspendió las clases por una semana para prevenir la expansión del coronavirus”[37].

El modelo del peligro, pronto se extendió al resto de la población uruguaya, y en algunas zonas costeras, se comenzaron a instalar cordones sanitarios más o menos espontáneos:

“En los últimos días, además, se produjeron cortes de calles por parte de vecinos que intentaron impedir que las personas ingresen a los balnearios, ya sea a sus hogares o casas alquiladas. Por ejemplo, vecinos de La Paloma reclamaron el cierre del balneario ante ingreso “masivo” de visitantes y pobladores de Punta del Diablo cortaron la ruta para impedir el ingreso al lugar.”[38]

 Cómo en episodios rescatados de la edad media, o de la era temprano moderna, el primado del modelo del peligro generó acciones violentas, que provenían no del centro del poder, sino de sus bases. En Punta del Diablo, balneario del departamento de Rocha, se quemó un rancho de un supuesto infectado por coronavirus:

desconocidos quisieron incendiar su rancho. El fuego alcanzó a parte del quincho[39]

Y además fue insultado, por traer la enfermedad a un lugar, no contaminado, en otros términos, puro:

El hombre dijo que ha recibido amenazas tanto en Punta del Diablo como en Montevideo. “Me decían fuera bicho o ¿cómo andás coronita?”[40]

La idea del individuo que porta al peligro, y que se lo debe apartar, llegó a Uruguay con rapidez inusitada:

Montevideana con COVID-19 fue denunciada por violar la cuarentena en la Paloma”[41] 

Un diputado oficialista, percibió la oportunidad de ampliar su audiencia, y con gran capacidad de comprensión del termómetro político, anunció:

Umpierrez comentó a la diaria que denunciará penalmente a quienes hayan viajado a Rocha y se les diagnostique la enfermedad. Señaló que el artículo 224 del Código Penal establece: “[Quien viole] las disposiciones sanitarias dictadas y publicadas por la autoridad competente para impedir la introducción o propagación en el territorio nacional de enfermedades epidémicas o contagiosas de cualquier naturaleza, causare daño a la salud humana o animal, será castigado con tres a 24 meses de prisión[42].

El expresidente Vázquez, un reputado oncólogo, altamente familiarizado con la gestión de riesgos, el 23 de marzo no dudo en postular, que se debía radicalizar el camino que había elegido el poder ejecutivo, al que sin duda apoyaba:

“Inevitablemente tenemos que ir a una cuarentena total si queremos cortar con este ciclo vicioso[43]

Algunas filiales sindicales -en Uruguay existe una central única de trabajadores distanciada del poder ejecutivo-, como la de municipales de Salto, creyeron oportuno apoyar el reclamo del expresidente, y el camino del diputado oficialista y propusieron:

Los representantes de ADEOMS plantean medidas que elevarán a la Federación Nacional de Municipales, al PIT CNT y a la Presidencia de la República. Las mismas solicitan que se elabore un plan de aislamiento total por un plazo de 20 días, dándole a la población un plan de tiempo prudencial para su abastecimiento.[44]

El poder ejecutivo, si bien utiliza una retórica, que tiende a tender puentes con el modelo del riesgo, tiene en su ministro del Interior, Jorge Larrañaga, una espada, que logra dialogar de manera muy fluida con la idea de peligro o la peligrosidad:

“Tras una reunión con el ministro del Interior, Jorge Larrañaga, la intendenta de Rocha, Flavia Coelho, solicitó a las autoridades nacionales un control “más riguroso” para frenar el ingreso masivo de personas en el departamento, ante la emergencia sanitaria por el avance del coronavirus en Uruguay”. [45].

Pero la prohibición no fue una medida idiosincrática de una intendencia del interior del país:

“El Gobierno de Uruguay informó que prohíbe el ingreso a las playas de Montevideo y del departamento de Maldonado (sureste), donde se ubica el principal balneario Punta del Este, para evitar aglomeraciones por el nuevo coronavirus”[46].

Cuando las exhortaciones no han logrado disuadir, algunas deportistas -surfistas- refractarios, que desafiaron a la lógica del peligro fueron sancionados:

El Alcalde de La Paloma explicó la situación que se repite nuevamente hoy, en la zona entre la farola y el cerro de la Virgen “los estamos multando por estacionar en una zona prohibida, además las playas están cerradas”, dijo a La Paloma Hoy[47].

La sanción no fue la ocurrencia de un alcalde con alguna deriva autoritaria, sino que respondió al reclamo de vecinos:

“En el día de ayer, vecinos denunciaron aglomeración de personas en Playa La Aguada. De inmediato, efectivos de Prefectura procedieron a exhortar a quienes estaban en el lugar a que eviten salir de sus casas según la situación actual por emergencia sanitaria que está atravesando el país.

A raíz de esa situación, en la tarde de ayer viernes, el Municipio cerró con cinta amarilla los estacionamientos de La Aguada, ubicados entre la escollera y el cerro de la virgen, para evitar que volviera a ocurrir”[48].

La primera paciente uruguaya, fue denunciada, por vecinos y por la administradora del edificio donde reside, por no respetar, de manera rigurosa la cuarentena que se le impuso:

El fiscal de Flagrancia de 12º turno, Alejandro Machado, investiga la denuncia presentada por la administradora del edificio en el que vive Carmela Hontou, la mujer que contrajo coronavirus en Europa[49]

En el momento de redactar estas notas, se informa por la prensa que el “Fiscal archivó caso contra Carmela Hontou al probar que no salió de su casa en la cuarentena[50].

 La dinámica del peligro o la peligrosidad, que incrusta la amenaza del cuerpo que la porta, es sin duda una tecnología que puede dispararse hacia zonas insospechadas, con inusitada intensidad, pues si bien logra atrapar rápidamente adhesiones, cualquiera que la infrinja real o presuntamente es rápidamente culpabilizado:

En la tarde de este viernes circuló por redes sociales un video grabado desde el balcón de un apartamento que da a la rambla de Pocitos. En la filmación se ve a un patrullero circular. Por altoparlante uno de los policías que viaja dentro del vehículo anuncia que “por disposición del gobierno nacional” aquel que estuviera en la rambla —un “espacio público”, indica— “a partir de este momento debe abandonar el mismo y dirigirse a su domicilio[51]

Pero no solo el poder central quien culpabiliza al que infringe la interdicción. En la red social Twitter, por ejemplo, abundan las críticas, a los “egoístas”, a los “insensibles”, que se interlinean, con los “estúpidos” o “pelotudos”.

Periodistas de programas televisivos, no dudan en descargar su molestia, con expresiones algo categóricas:

“El integrante de Arriba gente (Canal 10), por lo pronto, escribió: “No entendimos nada. Nada de nada. Asusta la movilidad de la gente este lunes. Desde hoy el Covid-19 se va a hacer una fiesta con nosotros. Solo espero q los fríos se aguanten un poco para no sumar más enfermedades respiratorias”[52].

El principio, de cada cual, con su propia vida, o con su propia muerte, con su propia salud, o con su propia enfermedad, se expande bajo la retórica de la solidaridad, y el pensar en el prójimo. Un espacio donde todo se congela, dónde el movimiento equivale a la muerte, que puede acarrear castigo y contagio.

La mirada del centro del poder cae, sobre los administrados, y es atravesada, en ángulo por los individuos, que supuestamente sufren la dominación exigiendo mas dureza, y renovado rigor.

El encierro en el Uruguay viene siendo acompañado, por nuevas practicas de desinfección ¿o de purificación? ¿O de ambas?

Lavarse las manos con frecuencia, uso de alcohol, cambiarse de ropa, al entrar a la vivienda, dejar los zapatos fuera del espacio de habitación, bañarse con intensidad luego de regresar del espacio de la infección o de la impureza.

A comienzos de la epidemia, hubo mucho debate en torno de los tapabocas, pero el gobierno en determinado momento (21 de abril), lo impuso:

A partir de este miércoles será obligatorio el uso de tapaboca en los supermercados

El secretario de Presidencia Álvaro Delgado dijo también que “se va camino” a que esté prohibido usar el transporte público sin barbijo”.[53]

Su rápida difusión, la obediencia que acompaño, su implementación en un lapso de horas, o días, dice algo más que fenómenos de orden sanitario. No se entra en su consideración, pero es obvio que antes que garantizar, el ingreso de gérmenes, lo que garantiza, es la seguridad ontológica del que lo porta.

 

7. Los mercados son peligrosos: el trabajo en contextos de epidemia.

 Si en el paradigma del peligro, el lugar de la protección es la patria, el hogar, el propio cuerpo clausurado de las invasiones exteriores, en el Uruguay de 2020, eso plantea un problema medular: ¿qué hacen las personas que tienen integralmente absorbida su vida material por los mercados? Particularmente, quienes se encuentran al margen de los sistemas de seguro social.

Los mercados, a pesar de que está ampliamente documentado, que han precedido al capitalismo, y que confundir mercado y capitalismo, revela una dotación teórica de inocultable indigencia, son por excelencia el espacio de la impureza y del riesgo, para las sólidas relaciones comunitarias: Weber, Tönnies, y Durkheim, vieron en los mercados, una de las claves de la disolución de las garantías comunitarias.

François Furet, ha postulado que en ellos prospera el espacio de la libre actividad, el espacio de lo moderno, del burgués, que se convirtió, según su investigación en la pasión menos controladas, de los proyectos comunitarios del siglo XX: el fascismo y el comunismo. La sociedad burguesa deja un enorme espacio a la incertidumbre, el nacimiento, el estamento de origen, inclusive, la etnia, explica bastante poco del accionar del sujeto en nuestros días, si las desigualdades son fácilmente documentables, no es menos cierto, que sus fundamentos ontológicos no brillan.

El burgués moderno, es bastante opuesto al ciudadano antiguo, inseparable de su patria chica, sin oxigeno fuera de ella. No dispone de categoría duradera, y su espacio, son las crecientes autopistas del comercio, de la cultura, de la comunicación, y de la ciencia y la tecnología.

El problema insalvable de la vuelta a los cordones sanitarias es que hay un grupo inmenso, de la sociedad, que solo puede existir, en los “no lugares” del mercado.

Alí se introduce una de las ambigüedades, e inquietudes más insoportables del modelo del peligro.

Cuando esto se constata, aparece en Uruguay, rápidamente la retórica de la vida o del mercado, como si fuera posible una vida, tal cual la conocemos -urbana, de producción, de conocimiento, de calma de los dolores psíquicos o físicos-, al margen de los intercambios. La polarización que algunas inteligencias demasiado precipitadas, creyeron encontrar, como hallazgo del momento y que incluso algunos llegaron a teorizar, pronto, revelo su escasísima capacidad pulmonar y cesó.

Ciertamente, las sociedades modernas saben desde hace tiempo, que hay numerosas situaciones donde los encuentros deben ser interrumpidos, el caso mas tipificado, por la sociología es el caso de la internación en hospitales, pero la condición de esa internación es ser un “buen paciente”, es decir, hacer todo lo posible para salir de la internación obedeciendo al especialista, aunque el interaccionismo simbólico, haya descrito esos encuentros menos apaciblemente que Parsons.

Por consiguiente, las cuarentenas, rígidas, o blandas, con excepciones o sin ellas, con cárcel o con multas, con toque de queda o sin él, son en extremo precarias en nuestro mundo, más allá de la inocultable calma que en lo inmediato logran. La seguridad ontológica, del hogar, del propio cuerpo, pronto dejaron ver en el país dónde los seguros sociales, no disponían de cobertura, para casi el 25% (24,8) de la población ocupada, según estimaciones del Instituto Nacional de Estadística.

Comerciantes, y operadores turísticos, se agolpan en la declaración formal de la quiebra, junto con importadores, y los contratos revelan una imposible rigidez. Y la cesación de pagos, como un fantasma, recorre la ciudad.

Tan solo los negocios rurales (del arroz y de la soja, parcialmente la carne debido a los altos precios que generó la fiebre porcina), ante la apertura creciente de algunos mercados pueden enfrentar con cierta soltura rigores que también los acucian, aunque con intensidad muy decrecida, en relación con las actividades urbanas.

Masivos envíos al seguro de paro, ollas populares y movilizaciones frente a la sede del poder ejecutivo disolvieron toda la utopía del encierro tres días luego de decretada. Inclusive, la central sindical llamó a un caceroleo, por considerar que el encierro sin subvención era una forma velada de reforzar, la desigualdad, después que en un principio considero a la cuarentena y los cierres de fronteras eran muy tibios, para la urgencia del momento. En suma, si en principio el modelo del peligro parecía tímido, pronto se experimentó como excesivo: la vibración es la constante.

La respuesta, con una inocultable dosis de placebo, fue crear, por ley un fondo solidario para atender la crisis, que realiza una quita, a los salarios mayores de empleados públicos y de personal político, votada por unanimidad en ambas cámaras. Sumado, a exoneraciones impositivas a pequeñas empresas, y flexibilidad en la implementación del seguro de paro, para quienes pierden su ocupación, en virtud del cierre de empresas.

En una democracia electoral ¿quién puede obviar al 25% de los ocupados, con sus respectivas familias? La disputa política comenzó a girar sobre un nuevo modelo, ya no era encierro o mercado, sino encierro subvencionado o encierro crudo. Cómo todos advierten, que, con un déficit fiscal de 5,5 puntos porcentuales del PBI, las subvenciones son cuando menos problemáticas, la disputa se fue reconfigurando, en torno a qué sectores de la economía comenzarían la apertura. Una apertura que ni los menos comprensivos de los críticos del oficialismo, pudieron de plano rechazar.

8. De salir al mundo, con una diplomacia “fenicia” a volver a la patria.

El ministro de relaciones exteriores de Uruguay, el Dr. Ernesto Talvi, es un reputado economista que obtuvo su PH.D. en la Universidad de Chicago, durante la campaña electoral, de los meses de octubre-noviembre, hizo amplio caudal, de la necesidad de que el país, pequeño en dimensiones adoptara una política exterior pragmática, que tuviera como norte ampliar los intercambios comerciales, y concretar todos los tratados de libre comercio, que se pudieran lograr. De hecho, su retórica era ocurrente, y novedosa, por apelar al ejemplo del celebre pueblo mediterráneo de la antigüedad. Pero, de hecho, el saliente gobierno de izquierda, se despedía con un acuerdo de libre comercio, incipiente y festejado, nada menos que con la Unión Europea (en conjunto con el Mercosur).

Con el modelo del peligro el “fenicio” canciller, mudó, en un patriota, con amplio respaldo en la opinión pública, por haber ideado, un excelente plan de repatriación de ciudadanos uruguayos, o residentes en Uruguay, desperdigados, entre la lejana China, la pestilente Europa, y la muy cerrada república de Venezuela: “La Operación Todos en casa[54], lo ha catapultado como uno de los ministros mas populares del gabinete gobernante.

También ha logrado, escalar a portales de noticias tan importantes como el de la BBC, por un comentado, y riguroso cordón humanitario, -que nunca ocultó ser un rigurosísimo cordón sanitario-, para que los pasajeros del Crucero Greg Mortimer, con la mayoría de su pasaje y la tripulación contagiada de covid-19, pudieran regresar a sus hogares, en Australia, Nueva Zelanda, o Polonia, después que los puertos de Chile y de Argentina -según declararon los tripulantes- y de las islas Malvinas -Falklands para los ingleses-, rechazaran su arribo. El paradigma del peligro transformó a quien había diseñado, una agresiva inserción del Uruguay en el mundo, en un destacado patriota, cuyo principal logro fue evacuar y devolver a su país a turistas australianos, y repatriar ciudadanos y residentes uruguayos desperdigados por el mundo[55].

 

9. Política y ciencia uruguaya, en medio de la epidemia: ¿integración con el poder específicamente político?

En oportunidad de la elaboración de la tesis de doctorado[56], se pudo documentar, que en medio de la epidemia de gripe de 1918-1919, la ciencia uruguaya -si se puede admitir tal adjetivo-, se encontraba, altamente integrada, con la esfera política, y reveló muy poca autonomía, para advertirlas de la hecatombe que se estaba derramando sobre el planeta incipientemente globalizado. De hecho, se encontraba hiperintegrada.

Superado el siglo, de aquella brutal experiencia, quien redacta esperó un comportamiento, por parte del campo científico, algo menos implicado con la gestión del Estado.

No obstante, el poder ejecutivo recientemente electo, solicitó a unos “notables” de la estadística, de la biología y de la gastroenterología (sic), estructurar grupos de expertos para aconsejar a la presidencia en cuanto a las políticas a instrumentar, por parte del Estado uruguayo.

Si uno recorre la literatura editada, existen numerosas sombras en cuento a la epidemia, no obstante, este equipo, por momentos habla, desde un lugar de consensos tan amplios, que a este modesto observador lo llenan de dudas.

Lo más cercano, es la estimación de los infectados, y la estrategia para detectarlos: es bastante claro que existe un grupo variable de individuos asintomáticos que continúan propagando el virus, la estrategia de Islandia, de censar a toda la población con respecto a la variable covid19, da una idea sencilla del reto, que enfrenta el país, y que no puede con sencillos modelos matemáticos, estimar una tasa de infección, dónde el universo está lejos de conocerse[57].

Uruguay indica, en el momento que se redactan estas modestas notas, que posee un de las menore tasas de letalidad de la américa meridional ¿son comparables las tasas?

Las tasas de letalidad, que circulan, en cuanto portal trate del tema, en realidad, es de las más difíciles de estimar, y no obstante los expertos de marras hablan de ella, con una seguridad, que no produce tranquilidad:

“Eso tiene un nombre, es la Paradoja de la prevención. Se es tan exitoso en la estrategia y en los resultados que la gente se pregunta si no se nos fue la mano. Y la respuesta es no, no se nos fue la mano. Era lo que había que hacer y dio resultado. Hay que mirar afuera y ver que los países que demoraron en tomar medidas no les fue bien[58]

Nadie niega, que el éxito se deba consignar. De hecho, es tan importante como documentar el fracaso. Pero dada la fecha en la que estamos, sin invalidar el juicio del Dr. Julio Medina, parece algo precipitada la valoración.

Naturalmente el poder político, que viene sugiriendo de mil maneras que se van a retomar progresivamente las actividades, -cuestión por otra parte inevitable-, estas declaraciones, se convierten en una perfecta melodía.

La catedra de infectología de la facultad de medicina, se convierte en términos fácticos, en un mejor comunicador que el Sr. Ministro de Salud Pública, que es quien tiene esa específica función. Dar sostén argumental, a una política, no parece ser la función de la academia.

Las propias defunciones, se encuentran en medio de una sombra profunda: mueren de coronavirus, o con coronavirus. Si las estadísticas médicas, viven un momento de estrés, ese momento se instala, al consignar las causas de muerte. Los expertos en estadística y demografía no ocultan, ni siquiera en el manual las dificultades para consignar con grados altos de confiabilidad las causas de muerte, si eso se registra a la hora de hacer la historia de una patología en un país, el problema se dispara, cuando se comparan contabilidades de diversos sistemas de salud pública, con niveles heterogéneos de capacidad técnica. Los lindos mapas -o terribles-, como se desee, ocultan muy mal esa profunda inseguridad estadística.

En Italia, por ejemplo, a la hora de contabilizar a los muertos por la epidemia se optó, por definir la muerte conforme a la presencia o ausencia del virus:

Case-fatality statistics in Italy are based on defining COVID-19–related deaths as those occurring in patients who test positive for SARS-CoV-2 via RT-PCR, independently from preexisting diseases that may have caused death. This method was selected because clear criteria for the definition of COVID-19–related deaths is not available[59]

Por tanto, el número de muertos de covid19, depende, en primer lugar, de la definición que se realice, de la muerte, y del sistema de contabilidad que se implemente, que ciertamente es heterogéneo de país a país. En puridad quien escribe no conoce los criterios que se aplican en el país, por los menos no se pudo encontrar algún documento donde se consigne.

COVID-19–related deaths are not clearly defined in the international reports available so far, and differences in definitions of what is or is not a COVID-19–related death might explain variation in case-fatality rates among different countries. To better understand the actual causes of death, the ISS is now reviewing the complete medical records of all patients with positive RT-PCR results who have died in Italy.”[60].

En segundo lugar, el número de infectados, depende del número de test realizados, o mejor dicho del porcentaje de la población testeada, y del tipo de prueba que se realice.

After an initial, extensive testing strategy of both symptomatic and asymptomatic contacts of infected patients in a very early phase of the epidemic, on February 25, the Italian Ministry of Health issued more stringent testing policies. This recommendation prioritized testing for patients with more severe clinical symptoms who were suspected of having COVID-19 and required hospitalization. Testing was limited for asymptomatic people or those who had limited, mild symptoms. This testing strategy resulted in a high proportion of positive results, ie, 19.3%”

Other countries have different testing strategies. For example, the Republic of Korea has adopted a strategy of widely testing for SARS-CoV-2. This may have led to the identification of a large number of individuals who had mild or limited symptoms, but a much lower case-fatality rate compared with Italy (1.0% vs 7.2%) because many patients with mild disease who would not be tested in Italy were included in the denominator in Korea”[61].  

Las estrategias de definición de la población a quien se le realiza el test, además de profundamente heterogénea, varía en cuestión de semanas, y las oficinas sanitarias, de los diversos países, no lo informan. Por tanto, pareciera, que una estimación epidemiológica, que va a formular juicios de vida o de muerte, debería ser en extremo contenida, particularmente en los juicios comparativos. Punto elemental, para cualquier graduado en ciencias sociales.

Al respecto en textos arbitrados se señala con claridad, que en el terreno comparativo toda contención es escasa, y si esa comparación define una política pública, más aún.

“From a research perspective, the comparisons discussed highlight the need for transparency in reporting testing policies, with clear reporting of the denominators used to calculate case-fatality rates and the age, sex, and clinical comorbid status of affected persons when comparing COVID-19 case and mortality rates between different countries and regions. Finally, because the outbreak is new, continued surveillance, with transparent and accurate reporting of patient characteristics and testing policies, is needed from multiple countries to better understand the global epidemiology of COVID-19”.[62]

Finalmente, y no tiene nada de menor, de la estructura de la población, y los muertos hay que referirlos al grupo etario respectivo. Si son mayores de 65, corresponde relacionarlos a ese grupo, si son menores, lo propio, al igual, que el sexo.

La terapéutica, es no solo problemática, por la ausencia de una vacuna específica, o genérica, que detenga al virus, sino porque existen muchas inseguridades, en cuanto a las lesiones que produce en el organismo el covid-19.

Con respecto a las propias pruebas de detección de la enfermedad -las pruebas- no se puede ocultar, la penumbra que los rodea, si se tiene en cuenta, la alta tasa de mutabilidad que presenta el virus, con respecto a las diversas cepas secuenciadas.

Este es apenas un muy reducido núcleo de problemas que se deben enfrentar desde el campo científico, que exigen, un nivel muy álgido de debate técnico, que obviamente no excluye a la colaboración, pero que no puede amortizarla.

Sobre estos cuatro puntos relevados los científicos nacionales no debaten en público, por lo menos la prensa no lo refleja.

El Dr. José Penna, en el lejano Buenos Aires de 1918, argumentaba de la importancia de la prensa “política” cuando se trata de averiguar, el origen, la marcha, el desarrollo y la naturaleza de una enfermedad epidémica[63].

Tal vez en los próximos días los científicos uruguayos, logren marcar su autonomía en lugar, de la fuerte imbricación que hoy presentan con el poder ejecutivo nacional, a través de polémicas, que revelen que su fuente de poder e importancia no está en la relación que tengan con el vértice político, sino con respecto a su especifico campo, a la manera que lo ha postulado Pierre Bourdieu, o Bruno Latour y Steve Woolgar. Por el momento, las analogías con la medicina uruguaya de 1918-1920, es muy alta.

 

10. Hacia un modelo “nueva normalidad” de riesgo aterrorizado.

 El poder político uruguayo está dirigiendo al país, a su sociedad, y a su economía, hacia lo que llamó una nueva normalidad, la expresión se comenzó a usar, por lo que se pudo averiguar, por Roger Simon, y por el “National Advisory Committee on SARS and Public Health”, de Canadá, con motivos diversos: el reconocido articulista que publicaba en The New York Times referido a los ataques de 2001, y el “Committee”, vinculado a la articulación de las políticas de salud, en un “mundo” post SARS. Se retomó la expresión en el 2007-2008, pero no es en función de la crisis financiera que arribó al lenguaje, ya era usada en el ámbito militar y sanitario, hacía por lo menos un quinquenio.

En Uruguay, esa nueva normalidad, aparece, tensionada, por una apuesta por retomar las pautas del riesgo, pero en un contexto de una población aferrada, emotivamente, al peligro.

Los sindicatos mas fuertes, están logrando una serie de protocolos, bastante razonables: tapabocas, alcohol en gel, gabinetes higiénicos, test aplicados en amplias magnitudes -a todos los trabajadores, antes de ingresar a trabajar, o mediante un muestreo aleatorio calculado, por el Instituto nacional de estadística- medios de transporte, que no aglomeran a las personas que viajan, inspecciones realizadas de manera bipartita, seguro por enfermedad integral, cierre de las obras, de las escuelas, o de las oficinas, ante el primer infectado, distancia de un metro y medio entre cada trabajador o alumno.

En cambio, la nueva normalidad, para los sectores del mundo del trabajo, que se desarrollan en medio de la penumbra, como, por ejemplo, la prostitución, el servicio doméstico, o los talleres clandestinos -que se presumen pocos, pero que tal vez existan- los pequeños centros productivos, y comerciales, que, a pesar de ser unipersonales, los protocolos antes descriptos, los vuelven inviables, por su costo, o por su inaplicabilidad. Todo el complejo mundo de los recicladores. Inclusive, la nueva normalidad, coloca en problemas a todo el conjunto de trabajadores de la salud.

Esa nueva normalidad, con un mundo del trabajo que, en las zonas referidas, resulta tan difícil de protocolarizar, impacta de lleno a las familias asociadas.

En algunos casos, el precario mundo laboral, se dobla, en condiciones habitacionales -los asentamientos irregulares, las casas habitación con NBI que se estiman en un 19% de los hogares particulares, son disimuladas, por un sistema educativo, que desde los tres años está presente en la vida de los uruguayos, pero que el modelo del peligro cerró, y solo mantuvo un tenue vínculo a través de las infraestructuras, digitales, que son, para todos los críticos, excelentes: una red de fibra óptica y de antenas de datos -a muy bajo costo-, que tiene una presencia prácticamente universal, asociado al programa una computadora un niño, que en Uruguay, se llama plan ceibal.

Las nuevas autoridades de la educación, que asumieron en medio de la epidemia, piensan en esas infraestructuras, como un camino que permita retomar los contactos de enseñanza y aprendizaje. Nada es muy seguro, pues los últimos trabajos que midieron el rendimiento y la asistencia a clase de los uruguayos más vulnerables no auguran una nueva normalidad en exceso estimulante: el fuerte fracaso en condiciones de normalidad de los jóvenes de menores ingresos no parece que se vaya a revertir, con sencillez, a través de las complejidades de una enseñanza a distancia, que, si algo está, en su didáctica, es en una notoria fase de exploración.

La nueva normalidad, plantea serios desafíos a un sistema de salud, que se extendió notablemente en términos horizontales, con un sistema ágil de policlínicas, y que, en medio de la epidemia, se movió con cierta solvencia, no obstante, lo hizo al costo, de posponer el tratamiento de numerosísimas patologías “normales”, para concentrarse en la epidemia. Ese sistema de salud, deberá en los próximos días y semanas prepararse para recibir el alud de todos los pacientes pospuestos, y la fortuna debe colaborar, en que la epidemia no presente otra alza de los contagios, y las complicaciones. De producirse la coincidencia de ambas vertientes, el sistema que hasta ahora evitó naufragar, puede eventualmente hacerlo.

El distante, modelo de gestionar la salud, a través de indicadores de riesgo y gerentes de solvencia indiscutible, resulta en extremo problemático, en las semanas y meses siguientes: todo indicaría que el binomio médico-paciente, que retrató Talcott Parsons, y Anselm Strauss, desde modelos diversos, parece que vuelve como el único expediente creíble, para la nueva normalidad sanitaria. El punto que todo el mundo sabe, y genera o debería generar preocupación, es que no va a poder dialogar amablemente con la demanda sanitaria.

No supone que se pierda lo ganado, de hecho, Apple y Google, junto con la telemedicina, tomarían a Uruguay como laboratorio de experiencias sanitarias, basadas en el riesgo. ¿Pero resulta creíble, que la salud, pueda circular por medio de aplicaciones cuando hay miles de personas con un dolor físico doblado en dolor psíquico, desplazados en sus demandas por casi dos meses? Algunos psicoanalistas, muy apurados creen que sí. Aquí solo se establece la duda razonable.

La retórica de la nueva normalidad, postula por todo lo alto, que, con motores de la economía encendidos, el rebote de la economía aseguraría rápidos crecimientos en base a la fuerza de la demanda comprimida por la epidemia. El mismo modelo, válido para la producción y el comercio, parece razonable esperarlo en la demanda de salud, la educación y los servicios sociales en general.

 

11.Conclusiones imprecisas, en torno a nuestra circunstancia.

En estas apuradas notas, parece evidente, que el modelo de gestión sanitario, no puede ser nuevamente el modelo nacional tan bien estudiado, por Alison Bashford[64]. Esos “escudos nacionales” no parecen ser un candidato muy serio para sustituir, al que ante la actual epidemia ofrece la OMS. Y sin embargo, este acaba de fracasar estrepitosamente.

Las zoonosis, llamadas “enfermedades emergentes”, no parecen que se vayan a contener en el futuro inmediato. Y diseñar, un gobierno global, tipificando a esas emergencias, como excepcionales no parece ser un camino muy seguro. Todo indica, que el material existente, en el subsuelo biológico, para potenciales zoonosis, supera todo lo que la historia ha mostrado hasta hoy.

Los mercados humedos de Asias, son los puntos dónde se concentran, muchas miradas críticas. Sin embargo las zoonosis, que han golpeado al mundo global, no los tienen, como los únicos espacios problemáticos.

Los anuales miedos, por las cepas renovadas de influenza, el virus de los ratones maizeros de america latina, el sida, la gripe porcina mexicana, la viruela del simio, el virus de NIPAH, los virus que transporta el mosquito Aedes, como el Chikunguña y el zika, el mers de Oriente Medio, y el virus del ébola no auguran tranquilidad.

Las zoonosis, no pueden ser asociadas, a las practicas culturales, ciertamente excentricas de algunas etnias chinas. Hay otras prácticas diseminadas en el globo, que deberían preocupar.

Pero debajo de ello, hay estructuras, muy solidas, de nuestra circunstancia, que vuelven dificil cualquier forma de gobierno planetario, y que presentan un grado de generalidad, que no se agota en un abordaje de índole antropológico, y que se revelan a un encare en lógica de peligro.

No son las zoonosis, en sí mismas el gran problema, sino la red de transporte y de comunicación asociado, a la vida urbana, en el mundo contemporáneo, que crece al mismo ritmo que la población.

¿Pero cómo discutir, la red global de transporte, y las estructuras urbanas del planeta, que están rediseñando completamente a la biosfera?

Discutirlas, es desde luego posible, pero el neomalthusianismo acecha. Pero también quien la discuta, debería indicar, que la vida urbana, de matriz global, es el primer modo de vida que está acercando agua potable, e inodoros, a inmensas masas (en India, en China, en Paquistan), y que la revolución verde, es la que está alimentando, a una población que ronda los 7500 millones de personas. Cualquier cambio, debería presentarse juntos con los costos que acarrearía.

En problema es sólo en su superficie una cuestión sanitaria, o de orden epidémico, en realidad, nos conduce directamente, a los mas pesados zócalos, que sostienen al mundo en el cual vivimos.

Tal vez, el modelo de desarrollo, o el modelo de desarrollo civilizatorio, que la ciencia, la tecnología, y la demografía, han logrado, suponga, como en algún momento lo sugirio Ulrich Beck, hacerle una critica profunda al modelo de gobierno. La sociedad, y la economía dejó de ser nacional, pero la política, no ha superado, el modelo de Westfalia. Decirlo es sencillo, pero avanzar en el plano operativo, es una tarea titánica. No obsante, tal vez, la epidemia, pueda ser una ocasión para por lo menos interrogarnos al respecto.

Interrogarnos, y evitar, la respuesta facil, que sugiere volver, a un mundo cerrado, y ordenado, por un grupo de expertos, a la manera de los planes quinquenales del stalinismo. Y que soñó Platón, en la antigüedad.

Implicar más severamente, a los gobiernos, mediante la cesión de algunas partes de la soberanía, en temas, como la trazabilidad de los alimentos, los planes urbanos, o la política de transporte. Proceder con los temas de urbanización, transporte, y alimentación, de similar manera a que se procede con los acuerdos nucleares. Esto hace emerger espinosísimos problemas de geo-poder, en ocasiones de suma cero para algunos actores, y los escenarios bélicos se sugieren de mil formas, por lo menos en la retórica.

Las bombas de destrucción masiva, no parecen ser solo las de hidrogeno, o las bacteriológicas, los procesos urbanos, y el transporte, parecieran que llevan implicito dimensiones por lo menos equivalentes.

Contagio global, llegó para quedarse, tal vez, sea prudente, aceptarlo, y direccionarse hacia formas de regulación en temas, que hasta ayer, eran solo pensados por los operadores directos.

El neoinstitucionalismo, sin impedir las acciones privadas, ha desarrollado formas de propiedad, que dan cuenta de los cambios tecnológicos.

Nuevas instituciones, lejos de frenar el desarrollo económico, pareciera que lo estimulan: Una tesis polar de Douglas North es que el crecimiento económico depende crucialmente de la existencia de instituciones que definan y protejan los derechos individuales y al mismo tiempo que eviten la predación en cualquiera de sus formas. Si Schumpeter, es quien mejor a retratado el nervioso mundo de la innovación, Coase, es quien permitió pensarla en una renovada teoría de la propiedad, y de él a North, hay pocos pasos.

Ciudades, redes de conexión aéreas, y sistemas productivos, que determinan las perdidas que se están registrando en estos días, podrían ser una ocasión, una oportunidad, para redefinir contratos, y que aparecieran costos que, en enero de 2020, podían ser considerados, solo en el plano teórico, o para un futuro que nadie seriamente dató.

Desde luego, que tal camino, tiene un alto grado de etnocentrismo, Coase, North, Fogel, Williamson, no expresan ideas que se liberen facilmente de los presupuestos, del occidente democrático. Pero, es lo que se puede ofrecer, sin caer, en los imposibles teóricos, de las diversas formas tiránicas, que en ocasiones se vuelven tan populares, para inversores, muy centrados en el cortisimo plazo. El Big Data, y el reconocimiento facial en el mundo chino, no ofreció mejores resultados, que, en los espacios democráticos, donde se lo ha regulado, mediante demandas, y protección de derechos.

El regreso a la patria y al peligro, tal vez, sea la forma algo tosca, que adoptamos, cuando un modelo de regulación, se piensa como si los intercambios no generaran problemas, como si las fricciones de urbanizar grandes masas, no se debieran pagar. Todos esos costos, tal vez, deban ingresar a las contabilididades de los desarrolladores urbanos, de los innovadores, de aquellos que proponen y llevan adelante nuevas formas de roturación y de explotacion de recursos hidricos.

En ese modelo, el covid19, es una externalidad, de los mercados, y de los procesos de urbanización, dónde algunos ganan mucho (desarrolladores urbanos de Wuhan, y empresas aeronáuticas que no son necesariamente chinas), y la mayoría del planeta paga. Tal vez la urbanización y el transporte de pasajeros, deba dejar el mundo de Cándido. Se podrá responder que existen otras agendas, como el calentamiento global, es posible, aunque la vinculación es alta, y por algún lado se debe comenzar.

El peligro, y la fuerza de la patria, tal vez sea solo, la mueca, que se dibuja, en un planeta, que muestra una notable indigencia de formas de gobierno global.

Es una tarea que de solo imaginarla paraliza, pero hay otra parálisis peor, que requiere menos imaginación, pues nos rodea en estos días: la muerte.

[1] https://www.who.int/csr/don/05-january-2020-pneumonia-of-unkown-cause-china/es/

[2] https://www.scmp.com/news/china/society/article/3074991/coronavirus-chinas-first-confirmed-covid-19-case-traced-back

[3] https://www.who.int/es/news-room/detail/13-01-2020-who-statement-on-novel-coronavirus-in-thailand.

[4]La OMS no recomienda adoptar ninguna medida de salud específica para las personas que viajen, si bien se les aconseja que acudan a un centro de salud y que expliquen a su médico el trayecto que han realizado en el caso de que presenten síntomas respiratorios durante o después del viaje. Las orientaciones relativas a los viajes se han actualizado.

A la luz de la información disponible en relación con este evento, la OMS desaconseja aplicar restricciones a los viajes a China o al comercio con este país”. https://www.who.int/csr/don/12-january-2020-novel-coronavirus-china/es/

[5] https://www.who.int/csr/don/12-january-2020-novel-coronavirus-china/es/

[6] http://www.imperial.ac.uk/mrc-global-infectious-disease-analysis/covid-19/report-1-case-estimates-of-covid-19/

[7] https://www.who.int/china/news/detail/22-01-2020-field-visit-wuhan-china-jan-2020

[8] https://www.reuters.com/article/us-china-health-who-idUSKBN1ZM1G9

[9]https://www.who.int/docs/default-source/coronaviruse/situation-reports/20200130-sitrep-10-ncov.pdf?sfvrsn=d0b2e480_2

[10] https://iris.paho.org/handle/10665.2/10053

[11]https://theconversation.com/r0-how-scientists-quantify-the-intensity-of-an-outbreak-like-coronavirus-and-predict-the-pandemics-spread-130777

[12] https://www.bbc.com/mundo/noticias-51469198.

[13] https://www.who.int/csr/don/12-january-2020-novel-coronavirus-china/es/

[14] https://apnews.com/c0e87e089a89fa5579e1c63acded7d46

[15] Alfred Crosby. Imperialismo Ecológico. Edit. Crítica. Página 47.

[16] http://www.imperial.ac.uk/mrc-global-infectious-disease-analysis/covid-19/report-6-international-surveillance/

[17] https://www.bbc.com/mundo/noticias-america-latina-51641436

[18] https://www.bbc.com/mundo/noticias-america-latina-51728654

[19] https://www.who.int/es/news-room/detail/27-04-2020-who-timeline—covid-19

[20] Claire Hooker. Drawing the Lines: Danger and Risk in the Age of SARS. https://link.springer.com/chapter/10.1057/9780230288904_10

[21] De la peligrosidad al riesgo – Robert Castel, En Wright Mills, C., Foucault, M. Pollak, p. Macruse, h. Habermas, J. Elias, n. Etal. (1986). Materiales de sociología crítica. Madrid. Ediciones de la piqueta.

[22] José Pedro Barrán. Medicina y sociedad en el Uruguay del Novecientos. La ortopedia de los pobres. EBO. Montevideo. 1993. Página 144

[23] The World Health Organization and the Transition from ‘International’ to ‘Global’ Health.

Theodore M. Brown, Marcos Cueto, Elizabeth Fee. https://link.springer.com/chapter/10.1057/9780230288904_5

[24] https://www.who.int/ihr/alert_and_response/outbreak-network/es/

[25] Lorna Weir and Eric Mykhalovskiy. The Geopolitics of Global Public Health Surveillance in theTwenty-First Century. https://www.researchgate.net/publication/304635699_The_Geopolitics_of_Global_Public_Health_Surveillance_in_the_Twenty-First_Century

[26] https://www.who.int/ihr/publications/9789241580496/es/

[27] https://www.who.int/csr/outbreaknetwork/es/

[28] Le 21 janvier 2020 à la mi-journée, la Chine a annoncé trois nouvelles victimes du coronavirus 2019 n-CoV, portant le bilan à six morts. Le 22 Janvier, on dénombre 9 morts. Les victimes sont pour l’instant des personnes âgées et/ou avec des comorbidités associées. Des cas ont été confirmés au Japon, en Thaïlande, aux Etats-Unis, et des cas suspectés en Australie et aux Philippines. L’Organisation mondiale de la santé (OMS) doit donc tenir une réunion d’urgence le mercredi 22 janvier. D’autant que des scientifiques britanniques, d’un centre collaborateur de l’OMS, ont annoncé le 17 janvier que près de 1700 personnes pourraient avoir été contaminées2, selon une étude de modélisation. https://www.pasteur.fr/fr/journal-recherche/actualites/sars-cov-2-role-institut-pasteur-surveillance-du-virus-2019-n-cov-apparu-chine

[29] https://www.imperial.ac.uk/mrc-global-infectious-disease-analysis/covid-19/report-1-case-estimates-of-covid-19/

[30] https://www.youtube.com/watch?v=EvTmRh_AhCs

[31] https://www.montevideo.com.uy/Mujer-y-salud/El-coronavirus-COVID-19-es-un-tema-prioritario-para-las-nuevas-autoridades-del-MSP-uc745861

[32] https://www.lr21.com.uy/comunidad/1423891-disenadora-moda-uruguaya-coronavirus-casamiento-500-personas

[33] https://ecos.la/UY/13/Sociedad/2020/03/16/40566/salud-publica-heredo-el-gobierno-con-solo-100-kits-ante-el-coronavirus/

[34] Rappelons qu’en 2003, grâce à une mobilisation internationale sans précédent, motivée par l’alerte mondiale déclenchée par l’OMS, l’agent causal du Sras, un coronavirus inconnu jusqu’alors, avait pu être rapidement identifié, et l’épidémie être endiguée par des mesures d’isolement et de quarantaine. L’épidémie actuelle de 2019 n-CoV rappelle celle du Sras. https://www.pasteur.fr/fr/journal-recherche/actualites/sars-cov-2-role-institut-pasteur-surveillance-du-virus-2019-n-cov-apparu-chine

[35] https://www.montevideo.com.uy/Noticias/Lacalle-declaro-la-emergencia-sanitaria-por-coronavirus-habra-cierre-parcial-de-fronteras-uc746939

[36] https://www.presidencia.gub.uy/comunicacion/comunicacionnoticias/conferencia-durazno-suspension-clases-coronavirus-msp

[37] https://www.montevideo.com.uy/Noticias/Udelar-suspendio-las-clases-por-una-semana-para-prevenir-la-expansion-del-coronavirus-uc746937

[38] https://www.montevideo.com.uy/Noticias/Para-frenar-circulacion-el-Gobierno-esta-ante-una-encrucijada-de-hierro–segun-penalista-uc748707

[39] https://www.montevideo.com.uy/Noticias/Intentaron-prender-fuego-a-rancho-de-infectado-con-coronavirus-que-fue-a-Punta-del-Diablo-uc748791

[40] https://www.montevideo.com.uy/Noticias/Hombre-al-que-incendiaron-rancho-en-Punta-del-Diablo-denuncia-que-vecinos-lo-insultaron-uc748825

[41] https://www.montevideo.com.uy/Noticias/Montevideana-con-COVID-19-fue-denunciada-por-violar-la-cuarentena-en-la-Paloma-uc749235

[42] https://ladiaria.com.uy/articulo/2020/4/diputado-nacionalista-denunciara-penalmente-a-quienes-violen-la-cuarentena/

[43] https://ladiaria.com.uy/articulo/2020/3/tabare-vazquez-inevitablemente-tenemos-que-ir-a-una-cuarentena-total-si-queremos-cortar-con-este-ciclo-vicioso/

[44] http://laprensa.com.uy/index.php/locales/130784-2020-03-25-16-20-35

[45] https://www.subrayado.com.uy/intendencia-rocha-multara-las-personas-que-ingresen-las-zonas-inhabilitados-n617270

[46] https://mundo.sputniknews.com/america-latina/202004061091026322-el-gobierno-de-uruguay-prohibe-ingreso-a-playas-de-montevideo-por-covid-19/

[47] https://lapalomahoy.uy/nota/4081/multas-en-la-aguada-les-dijimos-ayer-que-no-vinieran-y-hoy-estan-otra-vez-aca

[48] https://lapalomahoy.uy/nota/4081/multas-en-la-aguada-les-dijimos-ayer-que-no-vinieran-y-hoy-estan-otra-vez-aca

[49] https://www.subrayado.com.uy/coronavirus-fiscalia-investiga-denuncia-contra-carmela-hontou-e-hijos-n611616

[50] https://www.elobservador.com.uy/nota/fiscal-archivo-investigacion-contra-carmela-hontou-al-probar-que-no-salio-de-su-casa-en-la-cuarentena-202053181430

[51] https://www.elpais.com.uy/informacion/politica/video-patrullero-rambla-interior-dice-exhortacion-desalentar-aglomeraciones.html

[52] https://www.tvshow.com.uy/personajes/periodistas-alarmados-movimiento-calles.html

[53] https://www.montevideo.com.uy/Noticias/A-partir-de-este-miercoles-sera-obligatorio-el-uso-de-tapaboca-en-los-supermercados-uc750650

[54] https://www.elobservador.com.uy/nota/operacion-todos-en-casa-que-se-necesita-para-ser-considerado-un-varado–202032514754

[55] https://www.bbc.com/mundo/noticias-52426722

[56] https://repositorio.uca.edu.ar/handle/123456789/160?mode=full         Serrón, V. (2013). Epidemia y modernidad política: la influenza en Uruguay, 1918-1919 [en línea]. Tesis de Doctorado, Universidad Católica Argentina, Facultad de Ciencias Sociales, Políticas y de la Comunicación.

[57] https://www.bbc.com/mundo/noticias-52230846

[58] https://www.montevideo.com.uy/En-Perspectiva/Infectologo-Medina–Tenemos-de-los-porcentajes-mas-bajos-de-fallecidos-de-America-Latina–uc751892

[59] https://jamanetwork.com/journals/jama/fullarticle/2763667 .” (Las estadísticas de letalidad en Italia se basan en la definición de muertes relacionadas con COVID-19 como aquellas que ocurren en pacientes que dan positivo para SARS-CoV-2 a través de RT-PCR, independientemente de las enfermedades preexistentes que pueden haber causado la muerte. Este método fue seleccionado porque no hay criterios claros para la definición de muertes relacionadas con COVID-19.) Traducción propia.

[60] https://jamanetwork.com/journals/jama/fullarticle/2763667 (Las muertes relacionadas con COVID-19 no están claramente definidas en los informes internacionales disponibles hasta el momento, y las diferencias en las definiciones de lo que es o no una muerte relacionada con COVID-19 podría explicar la variación en las tasas de letalidad entre los diferentes países. Para comprender mejor las causas reales de muerte, la ISS ahora está revisando los registros médicos completos de todos los pacientes con resultados positivos de RT-PCR que han muerto en Italia.). Traducción propia.

[61] https://jamanetwork.com/journals/jama/fullarticle/2763667 (Otros países tienen diferentes estrategias de prueba. Por ejemplo, la República de Corea ha adoptado una estrategia de pruebas amplias para el SARS-CoV-2. Esto puede haber llevado a la identificación de un gran número de personas que tenían síntomas leves o limitados, pero una tasa de letalidad mucho más baja en comparación con Italia (1.0% vs 7.2%) porque muchos pacientes con enfermedad leve que no serían evaluados en Italia se incluyó en el denominador en Corea). Traducción propia.

[62] https://jamanetwork.com/journals/jama/fullarticle/2763667 (Desde el punto de vista de la investigación, las comparaciones discutidas resaltan la necesidad de transparencia al informar las políticas de prueba, con un informe claro de los denominadores utilizados para calcular las tasas de letalidad y la edad, el sexo y el estado clínico comórbido de las personas afectadas al comparar el caso COVID-19 y tasas de mortalidad entre diferentes países y regiones. Finalmente, debido a que el brote es nuevo, se necesita una vigilancia continua, con informes transparentes y precisos de las características del paciente y las políticas de prueba de varios países para comprender mejor la epidemiología global de COVID-19.) traducción propia.

[63] Serrón, V. (2013). Epidemia y modernidad política: la influenza en Uruguay, 1918-1919 [en línea]. Tesis de Doctorado, Universidad Católica Argentina, Facultad de Ciencias Sociales, Políticas y de la Comunicación.

[64] Medicine at the Border: Disease, Globalization and Security, 1850 to the Present. 1 Jan. 2007

Como citar este post:

Serrón, Víctor. Notas sobre nuestra circunstancia. In Revista História, Ciências, Saúde – Manguinhos (Blog). Publicado en 12 de junio de 2020. Accedido en [fecha].

Serrón, Víctor. Epidemia y perplejidades médicas: Uruguay, 1918-1919Hist. cienc. saude-Manguinhos, Set 2011, vol.18, no.3, p.701-722. ISSN 0104-5970

 

Post a comment