El COVID-19 en Ecuador: Fragilidad política y precariedad de la salud pública

20 de abril de 2020

Sección especial: Coronavirus and History

Roberto Chauca, Profesor de la Facultad Latinoamericana de Ciencias Sociales (FLACSO) Ecuador.

Roberto Chauca. Sus temas de investigación están en el marco de la historia del conocimiento en la Amazonía, con especial referencia al papel de las misiones católicas.

Durante los últimos meses, la ciudad de Guayaquil ha estado envuelta en dos momentos particularmente agudos de la historia reciente ecuatoriana. En octubre del 2019, el presidente del país, Lenin Moreno, se vio forzado a trasladar su sede de gobierno a dicha ciudad a fin de evitar ser derrocado por las movilizaciones que se estaban produciendo en su contra en la capital, Quito, debido a las medidas económicas que había decretado pocos días antes como parte del acuerdo para recibir recursos del Fondo Monetario Internacional que le permitieran mantener a flote la debilitada economía del país[1].

Seis meses después, Guayaquil vuelve a las portadas, aunque esta vez convertida en uno de los casos más emblemáticos relacionados a los estragos causados por la pandemia del COVID-19. Imágenes y relatos de cuerpos de fallecidos dejados a su suerte en la intemperie debido a la saturación de espacio en hospitales y morgues en dicha ciudad han ocupado las primeras planas de diversos medios de comunicación tanto locales como internacionales en las últimas semanas.

Las cifras oficiales indican que, al momento de escribir estas líneas, Ecuador cuenta con más de 8200 casos confirmados y 400 personas fallecidas debido al COVID-19, con más del 70% de infectados y 50% de muertes concentradas en la provincia costera del Guayas, cuya capital es Guayaquil[2]. La concentración de la pandemia en la costa coincidiría con algunos indicadores recientes de la pobreza y salud preparadas por el Instituto Nacional de Estadística y Censos de Ecuador. Por ejemplo, aunque Guayaquil es considerada el centro industrial y comercial del país, durante los últimos 5 años ha generalmente experimentado la mayor tasa de pobreza entre las ciudades más grandes ecuatorianas[3]. Asimismo, en el año 2018, mientras que las provincias costeras de Guayas y Manabí eran, respectivamente, la primera y tercera más pobladas del país[4], el porcentaje de camas disponibles en establecimientos de salud era menor en la costa que en la región sierra[5].

Pero no fueron estas cifras las que llamaron la atención sino las noticias de cuerpos regados en las calles guayaquileñas por la reciente pandemia, las cuales fueron tan chocantes que el Vicepresidente de Ecuador, Otto Sonnenhozer, se vio forzado a emitir un mensaje radial y televisado a la nación el 4 de abril último, en el cual pidió disculpas públicas por haber permitido que dichas noticias hayan deteriorado la imagen internacional del Ecuador. Asimismo, indicó que se tomarían una serie de medidas para revertir dicha situación, en particular, el aumento del número de camas en hospitales públicos, de las pruebas diarias de detección del virus, de nuevo personal médico y de insumos de protección para dicho personal[6].

Lo interesante de estas disculpas públicas es que demuestran cómo las dimensiones sociales y políticas se intersecan y definen la esfera de lo científico y lo médico. Por un lado, las disculpas expresan la necesidad de parte del gobierno de mostrarse, al menos potencialmente, proactivo ante el avance de la pandemia.

En primer lugar, desde el 16 de marzo el gobierno ha implantado medidas de restricción social para mantener en estado de cuarentena a todo el país. Esto, a su vez, ha sido acompañado de una iniciativa de parte del Ministerio de Telecomunicaciones de crear una programa de georreferencia[7] para registrar y seguir los casos individuales de COVID-19 a nivel nacional—tal como se ha estado llevando a cabo en otros países y acompañado del mismo dilema ético que trae consigo el rastrear los datos privados de localización de la ciudadanía[8]. Asimismo, el 14 de abril el Ministerio de Salud Pública emitió un reglamento que delinea, junto a instituciones de educación superior y de investigación, una política única de análisis del COVID-19 en el país[9]—aunque dichas acciones conjuntas ya habían empezado a hacerse desde algunas semanas atrás, lo que llevó, por ejemplo, al establecimiento, a inicios de abril, de la secuencia del genoma completo de la cepa del nuevo coronavirus que recorre el espacio ecuatoriano[10]. Cabe anotar también que las autoridades ecuatorianas no han compartido el discurso anticientífico de otros gobiernos del continente, como el brasileño[11].

Sin embargo, el mensaje del vicepresidente Sonnenhozer es también un reconocimiento expreso de la realidad precaria del sistema de salud pública ecuatoriano. Las imágenes de los cuerpos botados en las calles son, precisamente, una prueba de ello. Otro caso también sintomático de esta precariedad fue la repentina demanda que hubo por productos naturales, particularmente el eucalipto, gracias a sus supuestos beneficios para tratar malestares respiratorios[12]. Noticias similares han aparecido también en Perú pero ligadas al uso del kion o jengibre[13]. En todo caso, esta necesidad de buscar protección contra el avance del nuevo coronavirus fuera de la esfera institucional es una muestra del desencuentro y falta de confianza entre sectores de la población local y sus sistemas médicos públicos.

La precariedad de la salud pública no es de ninguna manera reciente sino que constituye un problema crónico de la región. Pero el factor coyuntural que con seguridad ha agudizado el impacto de la pandemia en Ecuador ha sido la situación política que el país ha atravesado durante los últimos meses, expresada por las mencionadas protestas de octubre último contra el régimen del presidente Moreno, cuya estabilidad política ya había estado fragmentándose desde el 2018[14]. Esta coyuntura ha condicionado la respuesta del Estado ecuatoriano, pues todo tipo de medida de orden social o económico para contener la pandemia necesariamente nace de la situación de fragilidad del pacto que en estos momentos atraviesa las relaciones entre el gobierno y la sociedad civil.

Un síntoma de esta inestabilidad política, directamente relacionado a la situación del COVID-19, se dio el 21 de marzo último cuando la entonces Ministra de Salud Pública, Catalina Andramuño, renunció a su cargo denunciando la falta de recursos financieros y la imposición de funcionarios que no tenían el conocimiento necesario para enfrentar la pandemia—afirmaciones que fueron inmediatamente refutadas por el Ministro de Finanzas, Richard Martínez[15]. Situaciones similares de cambios en los ministerios de salud en plena campaña contra el nuevo coronavirus se han dado también en países vecinos. Sin embargo, en el Perú ocurrió bajo la imagen de ser resultado de una cuestión técnica, mientras que en Brasil acaba de suceder con un mayor dramatismo político y una agonía más prolongada[16]. En todo caso, la situación de la pandemia del COVID-19 en Ecuador ha demostrado que el desarrollo e impacto de la ciencia y la medicina en la sociedad ecuatoriana está inextricablemente ligado a los procesos de fragilidad política, social y económica que esta nación sudamericana ha estado experimentando durante los últimos años. Y así se entiende la impronta que la ciudad de Guayaquil ha adquirido durante los últimos meses, como destino precario de un régimen doliente y de cuerpos sin derecho a una muerte digna.

[1] https://www.eluniverso.com/noticias/2019/10/07/nota/7551746/presidente-lenin-moreno-dice-que-rafael-correa-esta-tras-intento (revisado 17/04/2020)

[2] https://coronavirusecuador.com/ (revisado el 14/04/2020)

[3] https://www.ecuadorencifras.gob.ec/documentos/web-inec/POBREZA/2019/Diciembre-2019/201912_PobrezayDesigualdad.pdf (p. 9) (revisado 17/04/2020)

[4] https://www.elcomercio.com/actualidad/poblacion-ecuador-supera-millones-habitantes.html (revisado 17/04/2020)

[5] https://www.ecuadorencifras.gob.ec/documentos/web-inec/Estadisticas_Sociales/Camas_Egresos_Hospitalarios/Cam_Egre_Hos_2018/Presentacion_ECEH_2018.pdf (pp. 18-19) (revisado 17/04/09)

[6] https://www.elcomercio.com/actualidad/sonnenholzner-disculpas-imagen-ecuador-covid19.html (revisado el 14/04/2020)

[7] https://ecuador.analiticacovid.com/ (revisado 15/04/2020)

[8] https://www.sciencemag.org/news/2020/03/cellphone-tracking-could-help-stem-spread-coronavirus-privacy-price (revisado 15/04/2020)

[9] https://www.elcomercio.com/actualidad/salud-reglamento-investigacion-coronavirus-universidades.html (revisado 16/04/2020)

[10] https://noticias.usfq.edu.ec/2020/04/cientificos-de-la-usfq-secuencian-el.html (revisado 16/04/2020)

[11] https://exame.abril.com.br/brasil/na-tv-bolsonaro-critica-imprensa-fechamento-de-escolas-e-quarentena/ (revisado 16/04/2020)

[12] https://ww2.elmercurio.com.ec/2020/04/15/uso-de-algunas-plantas-medicinales-en-la-guerra-contra-la-pandemia-del-coronavirus/ (revisado 16/04/2020)

[13] https://elcomercio.pe/peru/ucayali/gobernador-de-ucayali-sobre-covid-19-el-kion-es-un-producto-casero-que-esta-dando-resultados-noticia/ (revisado 16/04/2020)

[14] Felipe Burbano y Carlos de la Torre, “The Pushback Against Populism: Why Ecuador’s Referendums Backfired”, Journal of Democracy 31:2 (2020): 69-80.

[15] https://www.eluniverso.com/noticias/2020/03/21/nota/7790838/catalina-andramuno-renuncio-ministerio-salud (revisado 17/04/2020)

[16] https://rpp.pe/peru/actualidad/coronavirus-covid-19-martin-vizcarra-anuncia-el-cambio-de-la-ministra-de-salud-por-un-medico-experto-en-salud-publica-noticia-1253055; https://www.correiobraziliense.com.br/app/noticia/politica/2020/04/16/interna_politica,845273/mandetta-cai-e-nelson-teich-assumira-o-ministerio-da-saude.shtml (revisado 17/04/2020)

Como citar este artículo:
CHAUCA, Roberto. El COVID-19 en Ecuador: Fragilidad política y precariedad de la salud pública. In: Revista História, Ciências, Saúde – Manguinhos (Blog). Publicado em 20 abr. 2020. Access [date].

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